Este jueves 4 se celebró el Día Mundial del Cáncer, fecha en que se pone de relieve el incremento de la enfermedad y los decesos en el globo.
La mortalidad por cáncer en el mundo ha aumentado de 7.6 a 8.2 millones en los últimos años, mientras que los nuevos casos subieron de 12.7 a 14.1 millones, según la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), perteneciente a la OMS.
En Chile el cáncer es responsable de 24.372 defunciones anuales, convirtiéndose en la segunda causa de muerte, luego de las cardiovasculares y se estima que para el 2020 será la primera causa de mortalidad.
Entre los diferentes tipos de cáncer que inquieta figura el de mama. Según el Instituto Nacional del Cáncer (INC), cada año se produce en el mundo alrededor de un millón 400.000 nuevos casos de cáncer de mama y fallecen cerca de 450.000 mujeres a causa de este mal. En 2010 en Chile murieron 1.297 mujeres a causa de la patología.
“Dado que el cáncer de mama puede afectar a cualquier mujer que tenga o no antecedentes familiares, es fundamental chequearse constantemente, puesto que la detección precoz de la enfermedad resulta clave para su tratamiento y cura”, remarca Evelyn Ebensperger, directora del Centro de Diagnóstico Pilar Gazmuri.
Este centro médico, que forma parte de Bupa, se ha especializado desde hace 40 años en la prevención y diagnóstico de las enfermedades de la mama. Su equipamiento y tecnología han evolucionado a lo largo de las décadas, desde la mamografía convencional, pasando por la mamografía digital, hasta introducir en los últimos años la mamografía 3D.
TOMOSÍNTESIS
La llegada de la mamografía 3D constituye una importante ayuda para la detección precoz del cáncer y también, en algunas ocasiones, para evitar que la mujer sea sometida a una biopsia percutánea.
“Con este tipo de exámenes hay una mayor seguridad en el resultado, ya que tiene alrededor de un 20% de mayor sensibilidad que una mamografía normal”, dice Evelyn Ebensperger.
Y añade que “además, es un procedimiento muy cómodo para las pacientes porque se requieren menos proyecciones adicionales”.
Este tipo de exámenes ayudan también a pesquisar la enfermedad en mamas que son más densas y en las que es más difícil detectar un cáncer con métodos tradicionales.
“Básicamente, la tecnología 3D permite una mejor visibilidad de las lesiones y una mejor caracterización, a diferencia de una mamografía tradicional, ya que en una mama muy densa la sensibilidad baja incluso hasta un 40% la detección de un cáncer”, remarca Ebensperger.
AUTOR: Patricia Schüller G.
FUENTE: La Nación