La polémica se arrastra desde septiembre de 2016 cuando se informó que el padrón electoral del organismo sindical estaba “adulterado”. Pese a ello la victoria fue alcanzada por el extimonel, Arturo Martínez, quien de todas formas no asumió la presidencia debido a un acuerdo entre Nolberto Díaz y Bárbara Figueroa, quien quedó comandando una mesa de consenso.
A raíz de las presuntas irregularidades, varios consejeros impugnaron el proceso ante el Tribunal Electoral pidiendo que se realizara una nueva votación, la que finalmente se llevará a cabo el próximo martes.
Al respecto, la Confusam señaló mediante un comunicado que “la elección del próximo 30 de mayo carece de legitimidad democrática y la directiva resultante de dicho acto no contará en absoluto con la fortaleza que sólo otorgan actos electorales democráticos y transparentes, razón por la cual nuestra organización resolvió no hacerse parte del nuevo fraude, reservándose el derecho de efectuar acciones ante las instancias pertinentes”.
“Esta nueva elección flash, citada en plazos ajenos a los definidos en el estatuto de la organización, a realizarse por el sistema de voto ponderado y con un padrón que se redujo a la tercera parte del supuesto electorado participante en el anterior proceso es en definitiva, un nuevo fraude electoral”, remarcó el organismo.
Asimismo, la Confusam estos comicios apuntan a “otorgar legitimidad a una nueva directiva afín a los intereses de los partidos que controlan la organización”, agregando que la directiva de la CUT “desconoce nuevamente el mandato de hace más de una década entregado por un Congreso que mandató a la directiva de la central a realizar elecciones de directiva nacional mediante el sufragio universal”.