A sus 38 años, Kristel Köbrich sumó su sexta medalla en unos Juegos Panamericanos, gracias a la plata conseguida la tarde de este miércoles en los 1.500 metros libres en Santiago 2023, prueba en la que el oro se le escapó solamente en los últimos 50 metros.

Sin embargo, más allá de no conseguir el primer lugar, la histórica nadadora vivió una jornada ampliamente especial, que comenzó con la ovación del público en el Centro de Deportes Acuáticos, apenas se anunció por el altoparlante el nombre de Köbrich. 

Durante el transcurso de la prueba, la cual lideró en su mayoría, los fanáticos nacionales continuaron coreando su nombre. Posteriormente, en el tramo final de la competencia, la estadounidense Rachel Stege logró una increíble arremetida, que le permitió superar a la nacional por tan solo un segundo. 

Tras salir de la piscina, la chilena se tomó su tiempo para agradecer al público, e incluso le estrechó la mano a algunos fanáticos, con quienes accedió también a tomarse fotos y firmar autógrafos. Luego, al momento de subirse al podio, recibió nuevamente otra ovación, que la tuvo al borde de las lágrimas. 

“Es una locura lo que estoy haciendo, entiendo y mi equipo me sigue acompañando, el Comité Olímpico me sigue acompañando, sigue creyendo, apostando y eso no tiene palabras más que mi agradecimiento desde lo más profundo de mi corazón”, expresó Köbrich al ser consultada por su medalla. 

Por otra parte, la experimentada deportista tuvo la oportunidad de encontrarse con su entrenador, el argentino Daniel Garimaldi, con quien protagonizó un emotivo abrazo.

“Él es la otra mitad de mí, es el que me rige, me ordena, me da las herramientas para ser mejor”, comentó sobre el trasandino, que trabaja con ella desde hace 20 años.  

Cabe destacar que, según consignó Emol, el próximo gran desafío de Kristel Köbrich será en el mes de febrero, cuando participe del Mundial, donde intentará obtener una marca que le permita clasificar a los Juegos Olímpicos.