Trece hombres, incluyendo miembros de una milicia de derecha en Estados Unidos, fueron arrestados por conspirar para secuestrar a la gobernadora demócrata de Michigan, acérrima opositora del presidente Donald Trump, y fraguar una “guerra civil”, informaron el jueves las autoridades.
Andrew Birge, fiscal del distrito oeste de Michigan, dijo que seis hombres enfrentan cargos federales por conspirar para secuestrar a la gobernadora Gretchen Whitmer en su casa de vacaciones, ubicada en ese estado del norte estadounidense.
Según el funcionario, estos hombres vigilaron la residencia e incluso habían probado un artefacto explosivo improvisado, que pretendían utilizar para desviar a la policía de la casa.
Trump critica frecuentemente a Whitmer por su manejo de la pandemia, y varios centenares de opositores al confinamiento, algunos fuertemente armados, se han manifestado varias veces en Lansing, capital del estado, pidiendo la reapertura de la economía local.
“¡LIBEREN MICHIGAN!”, escribió Trump en Twitter en abril.
A finales de ese mes, manifestantes armados entraron en el Capitolio de Michigan para exigir una relajación de las medidas sanitarias.
La fiscal general de Michigan, Dana Nessel, describió el complot para secuestrar a la gobernadora Whitmer como una “amenaza seria y creíble”.
Además de los seis hombres detenidos por planear el secuestro, otros siete miembros de un grupo de milicia llamado Wolverine Watchmen (Vigilantes Lobeznos) enfrentan cargos estatales, informó Nessel.
Se sospecha que intentaron identificar domicilios de policías como blanco para “instigar una guerra civil”, explicó la fiscal.
También planeaban atacar el Capitolio en Lansing y secuestrar a funcionarios del gobierno, incluyendo a Whitmer, dijo.
Estos siete hombres fueron acusados de varios delitos, entre ellos prestar apoyo material a actos terroristas, pandillerismo y violaciones de las normas sobre armas de fuego.
A mediados de marzo, Gretchen promulgó algunas de las restricciones más duras del país para frenar la pandemia de coronavirus en su estado del norte estadounidense, uno de los más afectados por el Covid-19.
Los milicianos señalaron a la gobernadora de “tirana” y consideraron varios escenarios para secuestrarla.