Alberto Ayala, quien asumió la arista administrativa el lunes pasado, llegó hasta O’Higgins con el objetivo de notificar a Emiliano Arias del sumario en su contra, pero desconocía que Arias se encontraba con permiso administrativo. Por esta razón, solo permaneció unos breves minutos en las instalaciones de la fiscalía.
Según informa La Tercera, una de las dudas que habían quedado en el ambiente tras la designación de Campos para llevar la arista penal, era con cuál policía trabajaría, dada la relación que tanto Arias como Moya tienen con Carabineros y la PDI.
Ya que en el ambiente judicial es conocido que Arias registra historias poco amistosas con la policía civil. Esta tensión tuvo su origen en 2012, cuando este fiscal estaba en Santiago y lideraba el Ministerio Público de Pudahuel. En esas circunstancias llevó adelante una investigación contra un grupo de 10 detectives por apremios ilegítimos. Allí pidió al OS-9 de Carabineros realizar un allanamiento a la Bicrim de la zona.
Por su parte, fuentes judiciales indican que el fiscal Moya es cercano a Carabineros. Los contactos comenzaron en La Araucanía, cuando este fiscal trabajó con un equipo de inteligencia de la policía uniformada diversos atentados en la región.
El equipo elegido por Campos para llevar adelante las pesquisas es la Brigada Investigadora de Delitos Funcionarios (Bridef) de la PDI. Se trata de la unidad que está especializada en indagar casos de corrupción y que nació a fines de 2015, cuando estaban en su cénit los casos por ilícitos tributarios ligados al financiamiento de campañas políticas.
Según fuentes ligadas a la causa ya habrían evacuado un primer informe a Campos y se espera que en los próximos días se inicien las coordinaciones para abordar esta investigación.