Las autoridades de Pakistán elevaron a 31 muertos y 57 heridos el balance provisional de víctimas por los ataques lanzados el martes por la noche por las Fuerzas Armadas de India, unos bombardeos ante los que el Gobierno paquistaní prometió seguir respondiendo.
El primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, dirigió este miércoles a última hora un nuevo mensaje a la nación, en el que avisó de que India “sufriría las consecuencias” de sus acciones, ya que las fuerzas paquistaníes estaban dispuestas a vengar “cada gota de sangre derramada” en la entonces escalada de tensiones, según Geo TV.
Según el mandatario, la respuesta militar a esos bombardeos sirvió para demostrar la “superioridad (de Pakistán) ante el enemigo en una guerra convencional”, ya que todo quedó resuelto “en unas pocas horas”. “Quizás pensaban que daríamos un paso atrás, pero olvidaron que somos una nación valiente”, subrayó.
Pakistán identificó a las víctimas de los ataques indios como “civiles inocentes”, término utilizado por un portavoz de las Fuerzas Armadas, Ahmed Sharif Chaudhry, quien también elevó ese miércoles por la noche el recuento tanto de fallecidos como de heridos.
Este responsable acusó al Ejército indio de actuar de manera “cobarde”, porque, “en vez de enfrentarse con las Fuerzas Armadas (paquistaníes) de cara”, optaron por atacar a “civiles desarmados y zonas pobladas cuando ya era de noche”. En cambio, según su versión, Pakistán sólo bombardeó en respuesta objetivos militares.
La parte india sostuvo, sin embargo, que actuó contra nueve puntos vinculados supuestamente al terrorismo y habló de más de 70 fallecidos, después de que acusara en las semanas anteriores a Pakistán de permitir la actividad miliciana a raíz del atentado perpetrado en la Cachemira india, que dejó 26 víctimas mortales.
La última vez que los dos países vecinos estuvieron al borde de una guerra abierta fue en el año 2019, después de que un atentado suicida matara a 40 miembros de las fuerzas de seguridad indias.