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¿QUÉ PASA EN JERUSALÉN?

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*Por Anuar Majluf

Desde 1967, Israel ha estado trabajando intensamente en la judaización de la ciudad de Jerusalén. Demolición de viviendas, construcción de colonias y restricción de acceso a servicios básicos, son algunos problemas que deben enfrentar los palestinos, quienes son sujetos a leyes e impuestos diferentes del resto de la población de la ciudad, todo en el marco de un sistema racista de “tarjetas de identificación temporales” que la autoridad israelí les ha otorgado.

Son medidas que tienen por objeto alterar la composición demográfica, el carácter y el estatuto del Territorio Palestino Ocupado. Son intentos que buscan reforzar la presencia judía y disminuir la presencia palestina en todas las áreas de Jerusalén Este, y para ello la política de la represión y la provocación son parte del paisaje del día a día.

El asesinato de 4 jóvenes palestinos durante la semana pasada a manos de colonos, la Policía y el Ejército de Ocupación Israelí en Jerusalén, surge en medio de protestas que no solo rechazan las políticas anteriormente descritas, sino que rechazan además la decisión unilateral de prohibir el ingreso a rezar a menores de 50 años e instalar detectores de metales a la entrada de la Explanada de las Mezquitas, hechos que constituyen una flagrante violación de los derechos y libertades de los fieles musulmanes palestinos a rezar en su sitio sagrado.

Pero no nos confundamos. Las provocaciones israelíes en la Explanada de las Mezquitas están buscando precisamente que miremos lo que sucede allí como si se tratase de un “conflicto” de carácter religioso, cuando lo que sucede en Palestina no es ello. En Palestina existe un proyecto colonial desarrollado por Israel, el cual pretende el máximo de robo de tierras palestinas posibles con la menor cantidad de palestinos en ellas, además de desplegar un sistema de Apartheid en aquellos lugares donde se concentra la población palestina que ha sido encerrada guetos.

Resulta siempre menester recordar que a la luz del Derecho Internacional, toda actividad israelí en Jerusalén Este constituye un acto ilegal y por tanto un Crimen de Guerra según la IV Convención de Ginebra. Frente a ello, debemos poner siempre como hito inicial a cualquier discusión el hecho de que Jerusalén Este es una ciudad palestina, ocupada ilegalmente por Israel, cuya política desde 1948 e intensificada desde 1967 ha sido la de colonizar la ciudad, trasladando colonos a ella, quienes la llegan a ocupar en lugar de los palestinos que han sido expulsados.

En 1948 se expulsó completamente a los 80.000 palestinos que vivían en Jerusalén Occidental y luego en 1967, 38 aldeas palestinas fueron destruidas de Jerusalén Oriental, en cuyas ruinas hoy se construyeron (y construyen) numerosos asentamientos, gracias además al robo de tierras que pertenecen a familias de ciudades como Ramallah y Belén, dejando a los barrios palestinos totalmente aislados de su capital Jerusalén. A modo de ejemplo, hoy ni la población de Gaza ni la de Cisjordania pueden entrar si quiera a visitarla.

Así las cosas, se llega a la irrefutable conclusión de que para Israel -cuyo fin último es la expulsión de los palestinos- desarrolla mientras tanto un plan que busca no solo la desintegración territorial, sino que también la desintegración política, social, familiar y cultural del Pueblo Palestino.

  *Anuar Majluf, Director Ejecutivo de la Federación Palestina de Chile.

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