Un panorama sin niños (Ni propios ni de los demás), organizar una cita nocturna como mínimo una vez por semana, ir a bailar, al cine. Algunos de los consejos que comparte con nuestros lectores Julieta López, de 50SombrasdeGrey.cl

¿Quién no se ha quejado alguna vez de que desde que se casó, ya prácticamente no lo hace casi nunca? ¿O de que, si lo hace, no es tan divertido como antes? ¿Y cuántos juran que esto no les sucedió jamás mientras eran novios?

Por desgracia, una gran parte de los matrimonios no disfrutan de una vida sexual de calidad. Tarde o temprano todas las parejas pueden caer en la rutina sexual, sobre todo si tienen hijos. La paternidad causa un desgaste físico, mental y emocional. Con el alboroto que nos rodea y con tantos gastos es fácil de entender que el sexo acabe por quedar desplazado en la lista de prioridades de ambos. Para que una relación sea saludable tampoco es necesario que esté primero, pero convendría que apareciese tan arriba como fuese posible.

Así que empecemos por el principio. A pesar de ser uno de los componentes más importantes de la “diversión”, la perversión no tiene en realidad tanto que ver con el SEXO. El primer paso para mejorar la calidad de nuestra sexualidad, es volver a “enamorarse” y luego llegar a la lujuria. Si creas el entorno adecuado verás cómo las cosas van encajando en su sitio. Una buena idea es que comiences a familiarizarte con el sencillo arte del romanticismo y mostrarle a nuestra pareja que para nosotros no es tan sólo quien trae el dinero a casa o lleva los niños al colegio, que es una persona por la que seguimos sintiéndonos atraídos y con la que queremos estar.

Tal vez resulte chocante que algo tan sencillo como “prestar más atención a nuestro compañero” puede ayudarnos a mejorar en la cama. Lo mismo sirve para el detalle de fregar los platos cuando nos toca, o de dedicarle un cumplido sobre algo que se hizo bien en lugar de malgastar el tiempo que se pasa juntos criticándose el uno al otro. Detalles que de seguro incrementarán la pasión bajo las sábanas.

Un poco de romanticismo tarda en surtir efecto, y hay que comenzar por recordarle a nuestra pareja la razón por la que decidisteis estar juntos. Es posible ayudarla a que se sienta de nuevo como un ser sexual y arrebatador para conseguir la satisfacción que ansías (sin presionarlas a la hora de tener relaciones). La clave radica en volver a alcanzarla disposición de ánimo adecuada, en hacer que vuelva a sentirse un amante y no sólo un padre, un empleado, un compañero de cuarto o cualquiera de los diversos papeles que desempeñamos habitualmente y que alejan nuestro pensamiento del sexo.

Comenzar es más fácil de lo que se piensa. Se trata de tener detalles considerados que favorezcan la vuelta a esta disposición de ánimo en la que nuestra relación es mucho más que mantener al día las tareas del hogar o garantizar el bienestar de vuestros hijos.

Muchos hombres dicen que sus esposas o novias se quejan de que no hay suficiente romanticismo en su vida en pareja, pero es que la idea de romanticismo de un hombre puede ser un tanto distinta la de la mujer. Por eso es tan importante la comunicación. Cuando eres directo con tu pareja y le dices exactamente lo que quieres y la otra persona se muestra directa y ambos dicen exactamente lo que quieren, ahorrarán un montón de tiempo que habrían malgastado en adivinanzas y que podrían empezar a emplear en hacer lo que realmente hace feliz a la otra persona.

A veces no es fácil pedir las cosas en voz alta, y no tienes por qué hacerlo. En lugar de eso, anótalo en un papel. Por ejemplo: ¿Qué consideras como una cita romántica? Sin dejar nada en el tintero, incluir todo lo que les parece romántico, desde que te abran la puerta del auto y dejen pasar primero hasta cenar en un restaurante en concreto. Luego dale la nota a tu pareja y dile a él o ella que te mueres por un poco más de esto. Más de uno cometerá el error de pensar: “Pero si me quiere, ya sabrá lo que me gusta”. Lo cierto, es que la única manera de estar seguros de que el otro lo sabe, es decírselo.

IDEAS DE TRAVESURAS…

Organizar una cita nocturna como mínimo una vez por semana. Eso implica ir a restaurantes donde no se permita la entrada de niños (ni los tuyos, ni los de nadie). No es necesario derrochar dinero en un restaurante de tres estrellas, lo verdaderamente esencial es que podrás disfrutar de un par de horas a solas, para volver a conectar entre ustedes. Una vez que lo logres, la complicidad llegará sin mayor esfuerzo.

Ir a un restaurante en el que estés verdaderamente a gusto o incluso a un antro. Pero sobre todo asegurarse de no dejar de lado las citas (sin niños).

Ir a ver una película romántica, entrar en una librería o en una galería de arte, clases de baile o salir de excursión apuntados, a una cata de vino, asistir a un concierto un espectáculo cómico.