Rusia terminó con la tregua navideña realizando ataques en todo el frente de Ucrania.
La operación incluyó una ofensiva con misiles contra barracones del ejército ucraniano en el Donbás, donde habrían muerto más de 600 soldados, según fuentes militares rusas.
Según ambos bandos, los combates no cesaron en ningún momento durante las 36 horas de alto el fuego ruso, pero se intensificaron el domingo.
Rusos y ucranianos esperan el comienzo de la siguiente contraofensiva enemiga, aunque el crudo invierno no da viabilidad a movimientos bruscos por las temperaturas nocturnas de hasta 14 grados bajo cero en Donbás.
En tanto, el Ministerio de Defensa ruso, afirmó haber matado a más de 600 soldados ucranianos en dos “dormitorios” militares del bastión ucraniano de Kramatorsk, en la Región de Donetsk.
En ambos dormitorios se encontraban más de 1.300 soldados, de los que más de 600 murieron bajo las bombas rusas, explicó el general Ígor Konashénkov.
Konashénkov calificó el bombardeo de “operación de venganza” por el ataque ucraniano perpetrado a la medianoche del 31 de diciembre al 1 de enero contra una unidad militar rusa en la ciudad de Makiivka, en Donetsk, donde al menos 89 soldados y reservistas rusos murieron.
Tras concluida la tregua la pasada medianoche, el ejército ruso atacó el domingo las posiciones ucranianas en las regiones de Donetsk, Lugansk y Járkov, precisó Konashénkov,
Además, en las últimas 24 horas las tropas rusas habrían derribado cinco aviones ucranianos: dos Su-25, un Su-27, un Su-24 y un MiG-29.