Un grupo de psicólogos y escritores de la reconocida Universidad de Harvard analizaron las mejores estrategias para mejorar el proceso de aprendizaje y la retención de información por periodos de tiempo más extensos en la memoria.
De esta manera, los psicólogos Henry L. Roediger III y Mark A. McDaniel, en compañía del escritor Peter C. Brown, autores de “Deja que se quede: la ciencia del aprendizaje exitoso”, entregan estos consejos:
PRIORIZA EL DESCANSO: MÁS NO ES MEJOR
La mayoría de las personas tienden a creer que estudiar durante muchas horas es el mejor método. Sin embargo, una mente cansada y fatigada es menos productiva que una descansada y fresca. Por ello, los expertos señalan que no resulta buena idea sacrificar horas de sueño por largas sesiones de estudio, ya que incidirán de manera negativa en tu desempeño académico.
ESTIMULA TU MENTE
Una mente activa es mucho más eficiente, por ello, estimularla desde temprano es relevante: intenta no esperar a estar cerca de un examen para comenzar a estudiar. Una buena idea que recomiendan los autores son escuchar podcasts, leer o ver programas educativos que mantengan el cerebro en un ejercicio constante.
ESCRIBIR A MANO
Pese a que la tecnología resulta ser una gran herramienta en el día a día, investigaciones recientes apuntan a que escribir a mano sigue siendo uno de los métodos más efectivos para aprender y retener información.
HABLAR EN VOZ ALTA
Verbalizar el aprendizaje ayudará a la retención de información en tu memoria, ya que no solo la estarás escuchando, sino que al explicarlos en voz alta, asimilarás los conceptos nuevos.
COMPRENDER LO QUE APRENDES
Leer y leer una y otra vez un concepto, artículo o materia no te garantizará que la información será retenida y aprendida. Por ello, comprender lo que estás estudiando resulta clave en el proceso de aprendizaje.
NO ENFONCARSE EN UNA SOLA MATERIA
Alternar entre distintas áreas, en vez de centrarse en una sola por horas, podría hacer que la información sea mejor comprendida. Los expertos sugieren que se comience con algo ligero para luego continuar con lo más desafiante.
ESTIMULA TU CEREBRO CON NUEVOS RETOS
No todo es estudiar. Pequeños cambios en tu rutina diaria pueden resultar beneficiosos para que tu cerebro se mantenga activo y receptivo. Un ejemplo de ello es realizar tareas cotidianas con tu mano no dominante.
ASOCIA EL NUEVO CONCEPTO CON LO FAMILIAR
La información nueva que llega al cerebro suele asociarse a recuerdos, sabores, olores y otros elementos que nos son familiares. Por ello, es buena idea intentar relacionar los nuevos aprendizajes con algo conocido o que hayas comprendido previamente.
