El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, ordenó toque de queda para evitar que los manifestantes que protestan contra suadministración por terminar con el subsidio a los combustibles, se acerquen a los edificios que albergan a las reparticiones públicas con miras a atacarlas o tomárselas por la fuerza.
La medida apunta principalmente a proteger la sede del Congreso y el palacio del Ejecutivo, que el propio mandatario debió abandonar para evitar alguna agresión y trasladarse a Guayaquil para realizar sus funciones.
La libertad de tránsito y movilidad quedó restringida desde el martes8 de octubre entre las 20:00 y 05:00 locales (01:00 y 10H00 GMT) para las “áreas aledañas a edificaciones e instalaciones estratégicas tales como edificios donde funcionan las sedes” del Estado, señala un decreto firmado por el mandatario.
Todo esto en el marco del estado de excepción, ordenado el pasado jueves debido a las masivas manifestaciones en contra de la eliminación del beneficio y el consecuente aumento de precios de combustibles en hasta 123%.
Policías y militares desalojaron el martes a manifestantes que llegaron a asaltar por un breve lapso la sede del Congreso en Quito.
Un centenar de indígenas y campesinos, entre ellos mujeres, logró romper los cercos de seguridad en medio de disturbios en los exteriores y alcanzó el hemiciclo, del que fueron evacuados minutos después por la fuerza pública.
Las protestas, que iniciaron la semana pasada, incluirán una gran movilización este miércoles en la capital ecuatoriana, para la que marcharon miles de indígenas que sumarán fuerzas junto a sindicatos y estudiantes.
Moreno, quien el lunes trasladó la sede de gobierno de Quito al puerto de Guayaquil (suroeste), declaró el estado de excepción por 60 días para que las Fuerzas Armadas asuman el papel de restablecer el orden y en ese contexto el toque de queda regirá mientras dure el estado de excepción.