Una clara distancia con las controvertidas declaraciones formuladas por el diputado RN Diego Schalper mostró el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Hernán Larraín, quien se declaró más partidario de una oposición colaborativa frente al Gobierno de Gabriel Boric.

Larraín afirmó que la futura oposición, sector en que se instalará la UDI, su partido, a partir del 11 de marzo, no debe instalar “diques y obstáculos” que sí instalaron las fuerzas opositoras en la segunda administración del Presidente Sebastián Piñera, y distante a lo anunciado por Schalper, quien advirtió que su partido realizará acciones orientadas a minar moralmente a la Convención Constituyente y asfixiar al Gobierno que asume el 11 de marzo.

En declaraciones a Radio Cooperativa, el ministro de Justicia aseguró que su ánimo colaborativo se manifestó con motivo del traspaso de mando, toda vez que “he estado trabajando con la ministra Marcela Ríos, que asumirá en los próximos días, para que tenga la mejor gestión posible, y seré el mayor colaborador, porque se trata de políticas de Estado: necesitamos mejor acceso a la justicia, más promoción y protección a los derechos humanos con un nuevo enfoque”.

En ese marco, Larraín se quejó de la actitud de la oposición: “He visto proyectos de ley que, a pesar de tener discusión inmediata, en el Senado no lo ponen en tabla, como el de adopción, de reinserción social juvenil o el que cambia el régimen de notarios”, por lo que “no le haría a nadie lo que he sentido respecto de eso. Yo he sido presidente de partido, presidente del Senado, presidí varias comisiones y fui la mayor cantidad de veces senador de oposición (durante 24 años), y jamás le negué tramitar un proyecto que tenía discusión inmediata a un Gobierno del cual no era partidario”.

“Lo que hay que hacer es discutir las cosas y no poner diques y obstáculos a los Gobiernos”, añadió Hernán Larraín, quien declinó referirse a la labor de la Convención Constituyente, y apuntó a su esperanza en que presenta una oportunidad para sanar la fractura que observa en la sociedad chilena.

“Es una enorme oportunidad para recuperar esas fracturas y cerrar esas brechas, y abrir espacios a una nueva etapa histórica”, agregó, lo que permitiría, a su juicio, abrir un nuevo ciclo de prosperidad tal y como se vio “cuando la Concertación logró interpretar los consensos sociales y le dio gobiernos bastante estables por 20 años a Chile”.