Ciper Chile dio a conocer una nueva denuncia por abusos cometidos presuntamente en dependencias de Carabineros ubicadas en un subterráneo al interior de la estación Baquedano. La acción se habría efectuado en contra de un manifestante en el marco del estado de excepción en la capital.
David Muñoz, un joven de 23 años, en diálogo con el Centro de Investigación Periodística, aseguró haber recibido un disparo a menos de un metro de distancia con una escopeta, tras participar en la manifestación llevada a cabo en Plaza Italia el martes pasado. Esto a eso de las 17:30, misma hora en que el primer denunciante, Nicolás Lüer, dice haber sido golpeado en un túnel del cuartel presenciando a otros detenidos colgados.
Según precisa Muñoz, se acercó a la entrada del cuartel -una estrecha escalinata que parece un acceso abandonado y que no tiene señalización policíaca- para orinar. En ese momento, dos carabineros sin identificación aparecieron y uno de ellos le disparó con su escopeta en su muslo derecho a menos de un metro de distancia.
El relato coincide con el del presidente de la Cruz Roja Chilena, Patricio Acosta, quien aseguró al mismo medio que se auxilió a Muñoz momentos después del disparo; y también con el de Nicolás Lüer, quien dijo haber escuchado un tiro al interior del cuartel, cuando -según su versión- era golpeado por carabineros dentro de las mismas dependencias.
Tras recibir el disparo, Muñoz sufrió una intensa hemorragia en su muslo y pérdida de tejido.
Señaló que una vez que llegó a la Posta Central, un funcionario le remarcó que no atenderían a nadie con heridas de perdigones o balines, supuestamente, “por orden del director”, el doctor Osvaldo Carrasco Ruiz. Según constata el joven, finalmente fue atendido por médicos y enfermeras que, al ver la gravedad de sus heridas, desoyeron la instrucción.
Puntualizar que ese mismo día personal del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) también acusó que no lo dejaron ingresar al recinto médico por orden de la autoridad.
En relación al diagnóstico médico, la radiografía que se aplicó a Muñoz demostró que los balines incrustados en su pierna eran de acero, pero recubiertos de goma, lo que ha sido también denunciado por otros afectados.
Según señala Ciper, el joven está dispuesto a declarar y dijo que piensa hacer la denuncia ante la Fiscalía.
De igual modo, le medio publicó que la Policía de Investigaciones (PDI) le informó haber recibido una orden de la Fiscalía para investigar el cuartel de Estación Baquedano tras la denuncia de Nicolás Lüer, negando así que la acusación haya sido desestimada. Recordar que dos jueces del Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, Darwin Bratti y Daniel Urrutia, visitaron la noche del martes 22 la comisaría de Carabineros ubicada en la estación, tras recibir las denuncias respecto a la supuesta aplicación de torturas a detenidos en aquel lugar.
Ante la gravedad de la denuncia, levantaron un acta para ponerla en manos de la Fiscalía. Esto en base a amarras de plástico usadas que fueron encontradas en el cuartel, las cuales Carabineros no pudo explicar, y otros antecedentes relacionados al tema.
Ciper publica que el jueves 24, un día después de señalar a la prensa que los “antecedentes recabados hasta el momento permiten descartar que la 60° Comisaría de Carabineros, ubicada en Estación Baquedano, haya sido utilizada como centro de tortura”, el fiscal Omar Mérida le ordenó a la Brigada de Derechos Humanos de la PDI que investigara el caso.
Por último, asegura que Carabineros inició un sumario interno por estas acusaciones, según le confirmó el Departamento de Comunicaciones de la institución.
David Muñoz, un joven de 23 años, en diálogo con el Centro de Investigación Periodística, aseguró haber recibido un disparo a menos de un metro de distancia con una escopeta, tras participar en la manifestación llevada a cabo en Plaza Italia el martes pasado. Esto a eso de las 17:30, misma hora en que el primer denunciante, Nicolás Lüer, dice haber sido golpeado en un túnel del cuartel presenciando a otros detenidos colgados.
Según precisa Muñoz, se acercó a la entrada del cuartel -una estrecha escalinata que parece un acceso abandonado y que no tiene señalización policíaca- para orinar. En ese momento, dos carabineros sin identificación aparecieron y uno de ellos le disparó con su escopeta en su muslo derecho a menos de un metro de distancia.
El relato coincide con el del presidente de la Cruz Roja Chilena, Patricio Acosta, quien aseguró al mismo medio que se auxilió a Muñoz momentos después del disparo; y también con el de Nicolás Lüer, quien dijo haber escuchado un tiro al interior del cuartel, cuando -según su versión- era golpeado por carabineros dentro de las mismas dependencias.
Tras recibir el disparo, Muñoz sufrió una intensa hemorragia en su muslo y pérdida de tejido.
Señaló que una vez que llegó a la Posta Central, un funcionario le remarcó que no atenderían a nadie con heridas de perdigones o balines, supuestamente, “por orden del director”, el doctor Osvaldo Carrasco Ruiz. Según constata el joven, finalmente fue atendido por médicos y enfermeras que, al ver la gravedad de sus heridas, desoyeron la instrucción.
Puntualizar que ese mismo día personal del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) también acusó que no lo dejaron ingresar al recinto médico por orden de la autoridad.
En relación al diagnóstico médico, la radiografía que se aplicó a Muñoz demostró que los balines incrustados en su pierna eran de acero, pero recubiertos de goma, lo que ha sido también denunciado por otros afectados.
Según señala Ciper, el joven está dispuesto a declarar y dijo que piensa hacer la denuncia ante la Fiscalía.
De igual modo, le medio publicó que la Policía de Investigaciones (PDI) le informó haber recibido una orden de la Fiscalía para investigar el cuartel de Estación Baquedano tras la denuncia de Nicolás Lüer, negando así que la acusación haya sido desestimada. Recordar que dos jueces del Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, Darwin Bratti y Daniel Urrutia, visitaron la noche del martes 22 la comisaría de Carabineros ubicada en la estación, tras recibir las denuncias respecto a la supuesta aplicación de torturas a detenidos en aquel lugar.
Ante la gravedad de la denuncia, levantaron un acta para ponerla en manos de la Fiscalía. Esto en base a amarras de plástico usadas que fueron encontradas en el cuartel, las cuales Carabineros no pudo explicar, y otros antecedentes relacionados al tema.
Ciper publica que el jueves 24, un día después de señalar a la prensa que los “antecedentes recabados hasta el momento permiten descartar que la 60° Comisaría de Carabineros, ubicada en Estación Baquedano, haya sido utilizada como centro de tortura”, el fiscal Omar Mérida le ordenó a la Brigada de Derechos Humanos de la PDI que investigara el caso.
Por último, asegura que Carabineros inició un sumario interno por estas acusaciones, según le confirmó el Departamento de Comunicaciones de la institución.
