En un comunicado firmado por Durán y otros tres integrantes del directorio, se señala que “estrictamente apegado a los estatutos, nuestra corporación no removerá al obispo Eduardo Durán. Lo anterior deja en evidencia las recurrentes inexactitudes y declaraciones desinformadas de varios pastores y líderes, que en más de 3 oportunidades han anunciado la salida de nuestro obispo”.
La declaración añade que “cualquier otra actividad que pretenda ir más allá, no está ajustada al estatuto y por consiguiente no tendrá efecto real. Con el propósito de clarificar esta situación y evitar confusiones que lleven a miembros de la iglesia a caer en ilegalidades, durante estos días se entregaron las notificaciones y documentos necesarios para determinar la situación interna”.
“En este contexto, no hay ningún proceso de remoción o elección de nuestra autoridad. Cualquier reunión, acuerdo o determinación que un grupo de personas protagonice sin la autorización estatutaria, no tiene carácter vinculante. Cualquier afirmación más allá de los permitido, será llevado a la justicia ordinaria a fin de determinar los eventuales delitos que se puedan configurar”, concluye.
El sector disidente que encabeza Balladares resolvió destituirlo por considerarlo inhabilitado moralmente, y para “no permitir que se sigan vinculando las reprochables conductas del señor Durán al resto del pastorado a nivel nacional, que muy alejado de la vida de lujos y cuestionamientos morales del removido Obispo, viven su vida con decoro e integridad”.