Según remarcó, el Gobierno mantiene una estrategia política que busca mantener en la retina a la actual Alta Comisionada de la ONU y así “echarle la culpa de problemas de gestión” que puedan haber.
Así se busca “mantener a raya a los nuevos liderazgos que puede construir la oposición”, indicó.
Sobre el futuro electoral del país, admitió que liderazgos como los de José Antonio Kast, “que son de estilo mesiánicos y casi religiosos, son extremadamente peligrosos para la democracia”.
El exsubsecretario fue requerido también por el rol que tuvo en el conflicto de La Araucanía, en donde hizo una autocrítica asegurando que “no fui capaz de arreglar los problemas”, agregando que en la misma zona fue “engañado” con el montaje generado en la Operación Huracán.