La Armada de Rusia llevó a cabo desde el miércoles hasta el domingo pasado unas maniobras militares que contemplaron el despliegue de 15.000 efectivos pertenecientes a tres de sus flotas en el océano Pacífico, el Ártico y los mares Caspio y Báltico.
“La Armada rusa comenzó a llevar a cabo las maniobras ‘Tormenta de Julio'”, informó el Ministerio de Defensa ruso mediante un comunicado en su canal de Telegram, donde se destacó que estas operaciones fueron lideradas por el comandante en jefe de la Armada, almirante Alexander Moiseyev.
El organismo también recalcó que “estaba planeado que durante las maniobras se pusiera a prueba la preparación de los grupos de fuerza de las flotas y flotillas” para enfrentar tareas operativas no convencionales, así como para probar el uso de armas de precisión, largo alcance, sistemas no tripulados y equipamiento militar moderno.
“La tripulación de los barcos practicó el despliegue en zonas de combate”, añadió el Ministerio, detallando que se entrenaron en acciones antisubmarino, defensa de bases, protección de operaciones económicas y combate contra ataques aéreos, drones y lanchas no tripuladas. También se ejercitaron en “garantizar la seguridad de navegación y golpear objetivos enemigos y grupos navales”.
En el ejercicio participaron “más de 150 buques de combate y apoyo, 120 aviones, diez sistemas de misiles costeros, 950 unidades de equipamiento militar y especial y más de 15.000 miembros del personal militar”, subrayó el Ministerio, aludiendo a la magnitud del despliegue.