El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien hace 10 meses lanzó una “guerra” contra el crimen organizado, presentó la cárcel “más grande de América”, la cual albergará a más de 40.000 internos.
La megaprisión se construyó en una zona aislada, en un valle cerca de Tecoluca, y consta de 166 hectáreas, donde una decena de pabellones ocupan 23, señaló el ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez, en cadena nacional. Fue llamada por el Ejecutivo como el “Centro de Confinamiento del Terrorismo” y posee altos estándares de seguridad y vigilancia.
Posee un muro perimetral de 2,1 kilómetros, el cual será vigilado día y noche por 600 soldados y 250 policías, mientras que en su interior la seguridad estará a cargo por la Dirección General de Centros Penitenciarios. Las celdas son de concreto reforzado y poseen garrotes de acero y, además, la prisión posee sus propios pozos de agua para la extracción.
“Toda persona perteneciente a una estructura terrorista es la que va a ingresar a este centro de confinamiento”, comentó el viceministro de Justicia y Seguridad Pública, Osiris Luna, donde agregó que se trata de “la cárcel más grande de toda América”.
Por su parte, Bukele criticó que los mandatos pasados “tenían a los pandilleros con prostitutas, con PlayStation, con pantallas, con teléfonos celulares, con computadoras (…), premiando al delincuente”. El jefe de Estado no especificó cuándo serán trasladados los primero 63.000 detenidos bajo el marco de la guerra contra las pandillas.
El viernes, la organización Human Rights Watch (HRW) denunció que en las cárceles salvadoreñas existía un “hacinamiento extremo” debido a las detenciones sin orden judicial, las cuales son amparados por un régimen de excepción aprobado por el Congreso debido a una escalada homicida que cobró la vida de 87 personas en marzo del año pasado.
