Tras rematar décima en la competencia individual de 200 metros del canotaje, la deportista chilena María José Mailliard puso en la palestra un tema que se ha repetido en estos Juegos Olímpicos: el desgaste mental que significa la presión de obtener un medalla.

Precisamente la canoísta estaba llamada a luchar palmo a palmo por un metal. Sin embargo, se quedó fuera de la final y no pudo disputar el podio. Por eso tras su participación, Mailliard se descargó y acusó falta de apoyo psicólogico para competir en buena lid en Tokio.

“Tenía miedo, porque la gente puede ser cruel. Tenía mucha presión, sentía que la gente esperaba mucho de mí y eso también me jugó en contra. Traté de manejarlo, pero lamentablemente no trajeron a mi psicóloga acá. Me hizo mucha falta, la verdad”, apuntó emocionada una vez culminado su desempeño.

Entre lágrimas, agregó que “estaba con muchos sentimientos a flor de piel por la muerte de mi abuela. Todas las cosas me afectaban el doble. Traté de manejar las cosas lo mejor posible, sentía que no estaba ciento por ciento como quisiera”.

No todo fue la carga mental. También reveló que compitió lesionada. “No lo quería comentar antes, porque se toma como excusa. Vengo con una lesión en la el glúteo y me empezó a doler muchísimo. Hice lo que mejor pude. No podía dar más”, precisó.

Hay que recalcar que a excepción de la Roja femenina, ningún otro representante criollo en Tokio dispuso de un psicólogo para sobrellevar la presión. Desde el COCh ya habían anunciado que por un tema de protocolos sanitarios, las acreditaciones se habían limitado y optaron por priorizar a médicos y kinesiólogos.