El devastador terremoto que afectó este lunes el Sur de Turquía y Siria ha llegado a la cifra de 11.104 fallecidos, según las autoridades locales.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, informó que el número de muertos aumentó a cerca de 8.574 y 50.000 personas resultaron heridos debido al sismo.

“Aquí en Kahramanmaras, en el epicentro del terremoto que golpeó diez provincias, puedo decir que por ahora hay 8.574 muertos y 49.133 heridos”, señaló el mandatario.

Entre críticas al gobierno turco por la ausencia de apoyo en algunas de las zonas afectadas por el terremoto, Erdogan se trasladó a Kahramanmaras y, tras ello, visitará la provincia de Hatay, una de las más afectadas por el movimiento telúrico.

“Creo que mis ciudadanos, que siempre fueron pacientes, seguirán siéndolo, bajo la coordinación de AFAD (la agencia de emergencias turca), el Estado está aquí”, dijo Erodgan, quien señaló que empezarán a “retirar los escombros y nuestro objetivo es reconstruir las viviendas de Kahramanmaras y las otras ciudades afectadas en el plazo de un año”, prometió.

Siria, por su parte, informó que al menos 2.530 personas perdieron la vida en las áreas controladas por el gobierno y en los sectores controlados por los rebeldes, señalaron las autoridades. A esto se le suma cerca de 4.985 heridos y cientos de personas atrapadas bajo los escombros. Las cifras corresponden a las provincias de Alepo, Hama, Latakia, Tartus y las zonas de Idlib a manos de las fuerzas del gobierno.

“Estamos en una carrera contra el tiempo y trabajando con las máximas energías disponibles y con la cooperación de todas las partes”, señaló un comunicado de la cartera sanitaria del país.

Según dijo la Defensa Civil de Siria por medio de Twitter, quienes son conocidos como “Cascos Blancos”, a las cifras gubernamentales deben sumarse 1.280 muertos y 2.600 heridos en las zonas que son controladas por los rebeldes en las provincias de Idlib y Alepo.

Asimismo, insistieron en que “se espera que el balance aumente significativamente, ya que cientos de familias permanecen atrapadas bajo los escombros más de 50 horas después del seísmo”.