Bolsonaristas radicales atacaron este domingo las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema de Brasil, provocando daños a numerosas obras de arte que se encontraban en los palacios. Según los balances divulgados este lunes, algunos sufrieron daños irreparables y cuyo valor es “incalculable”.

La destrucción por parte de los adherentes de Bolsonaro no se limitaron tan solo a las obras decorativas del Palacio presidencial de Planalto, que además es el edificio que alberga una de las principales colecciones de arte modernista de Brasil, sino también a pinturas, esculturas y muebles históricos que se encontraban en el Congreso y el Supremo Tribunal Federal.

Desde la monumental obra “As Meninas”, del pintor brasileño Di Cavalcanti, hasta un reloj de péndulo que el rey Juan VI de Portugal recibió como regalo de su semejante el francés Luis XIV, en el siglo XVIII, figuran en las listas de obras destruidas o magnificadas por los seguidores del expresidente Jair Bolsonaro.

Un comunicado de la presidencia señaló que “los terroristas que invadieron el Palacio de Planalto depredaron y destruyeron parte importante del acervo artístico y arquitectónico allí reunido y que representa un capítulo importante de la historia nacional”.

Por su parte, el director de Curaduría de los Palacios Presidenciales, Rogelio Carvalho, comentó que “el valor de lo que fue destruido es incalculable debido a la historia que representa”, pero considera posible, aunque costoso, la recuperación de la mayoría de las obras.

Carvalho tan solo considera “muy difícil” la restauración del reloj del reloj del monarca Juan VI, cuyo autor es el relojero francés Balthazar Martinot y de cuyas producciones solo queda otra exhibida en el Palacio de Versalles.

Además, los seguidores de Bolsonaro provocaron daños arquitectónicos a las tres edificaciones creadas por el Brasileño Oscar Niemeyer. Los enormes ventanales de los tres palacios fueron completamente destruidos y varias columnas y paredes fueron vandalizadas con pintura en aerosol.