La embajadora en Reino Unido, Susana Herrera, negó cualquier conducta ilícita en sus gestiones por el proyecto avaluado en cinco millones de dólares que involucró al Gobierno Regional del Biobío y al mismísimo Rey Carlos III.

En declaraciones a El Mercurio, aseguró que “con toda seguridad y firmeza digo que las acusaciones que están formulando en contra mía carecen de fundamento y son absolutamente falsas. Niego de manera contundente cualquier insinuación que sugiera conductas ilícitas o en detrimento de los intereses de nuestro país y del Ministerio de Relaciones Exteriores”.

“Yo reitero de manera enérgica que el proyecto no guarda ninguna relación con beneficios personales, ya sea ahora o en el futuro, y que en ningún momento se ha involucrado dinero“, añadió.

También aseveró que “siempre he manifestado una comunicación abierta y constante con las autoridades del ministerio, en línea con el compromiso por la transparencia en relación con las actividades que hacemos en la embajada”.

Agregó que “les he comunicado sobre las fundaciones, sobre las reuniones, sobre este interés de las fundaciones del Rey (Carlos III) para realizar un proyecto en Chile desde el principio, desde el primer día”.

Además, expresó que “me hubiera gustado que los señores excancilleres y congresistas me hubiesen preguntado primero antes de emitir cualquier tipo de afirmaciones sobre mi persona”.

Respecto de la posibilidad de haber informado de mejor forma a la subsecretaria Gloria de la Fuente, la embajadora Herrera explicó que “si yo pudiera evaluar esta situación, tal vez… insisto, este proyecto se le mandó a la Cancillería, pero quizás le tuve que haber explicado más el detalle. No lo sé, pero me parece que se iba informando a Cancillería. Lo que pasa es que los detalles de este proyecto se iban trabajando con el equipo de la embajada. Si bien nos fuimos involucrando todos, fuimos súper cuidadosos en cómo esto se comunicaba, pero no lo sé”.

Finalmente, Herrera admitió que el proyecto se detuvo a raíz de la polémica por el Caso Convenios. “Esto viene del año pasado, y de antes de que pasara lo de las fundaciones. Cuando comenzó a cuestionarse lo de las fundaciones, lo paramos, porque esto estaba en investigación y era importante aclararlo”, dijo.

El proyecto de la embajadora consistía en la restauración de los territorios afectados por los incendios forestales del verano pasado y se basaba en la “bioeconomía circular e infraestructura de madera para formación de capacidades locales sostenibles en la Región de Biobío”.

Para tal efecto, contactó al Gobierno Regional y realizó otras gestiones privadas para obtener los cinco millones de dólares, hasta que la Cancillería le ordenó detener el proyecto. En sus tratativas, la embajadora consignaba que el proyecto había interesado al Rey Carlos III.