Usar sombrero de ala ancha, anteojos oscuros, lentes para el agua y lágrimas artificiales son algunas de las medidas que se pueden adoptar. La radiación ultravioleta constituye un riesgo, porque ésta aumenta en esta época a causa de que el sol está más cerca de la tierra.“Esta situación no sólo representa un peligro para la piel, en el caso de los ojos, la córnea se ve bastante afectada, produciéndose una inflamación conocida como queratitis superficial”, dice Rodrigo García, oftalmólogo de Clínica Santa María.
Se ha comprobado que las patologías oculares aumentan en cerca de un 20% durante el verano a causa de los rayos UV, la sal del mar y el cloro de las piscinas.
La radiación ultravioleta constituye un riesgo, porque ésta aumenta en esta época a causa de que el sol está más cerca de la tierra.
“Esta situación no sólo representa un peligro para la piel, en el caso de los ojos, la córnea se ve bastante afectada, produciéndose una inflamación conocida como queratitis superficial”, explica el oftalmólogo de Clínica Santa María, Rodrigo García.
Las piscinas también se transforman en un foco importante de irritaciones e infecciones. El especialista explica que el cloro irrita la conjuntiva ocular, provocando queratoconjuntivitis.
En otras ocasiones, este desinfectante no es suficiente para acabar con los patógenos que se encuentran en el agua y se produce conjuntivitis bacteriana o algunas formas graves de queratatitis.
La sal del mar y la arena de la playa también pueden producir erosiones corneales o conjuntivales.
“La baja humedad y el calor aumentan la evaporación de las lágrimas, resecando los ojos. Lo mismo ocurre con el aire acondicionado, ocasionando ardor, visión borrosa, sensibilidad a la luz y sensación de arenilla en el ojo”, señala el oftalmólogo.
RECOMENDACIONES
Rodrigo García entrega recomendaciones para prevenir los problemas a la vista.
► En la playa: La arena y sal del mar, incluso el protector solar, podrían dañar tus ojos, ya que provocan irritación y sequedad. Las lágrimas artificiales refrescan y calman las molestias. Para evitar los daños del sol, los anteojos polarizados poseen un filtro especial que bloquea la luz reflejada, además, entregan protección total frente a los rayos ultravioleta y reducen la fatiga ocular. El uso de viseras y sombreros de ala ancha también es útil.
► En la montaña: La altitud y la presión atmosférica pueden causar sequedad ocular, visión borrosa ocasional y el lagrimeo propio de una alergia primaveral. Es recomendable utilizar lágrimas artificiales, con el fin de humectar el ojo y devolver la vista natural.
► En la piscina: Tanto el cloro como las bacterias y hongos que se generan pueden traducirse en queratitis y conjuntivitis bacteriana, respectivamente. Todo esto se puede prevenir con el uso de lentes para el agua.
SECCIÓN: Vida y Estilo
AUTOR: Patricia Schüller G.
FUENTE: La Nación