Tras su espectacular actuación en los Juegos Paralímpicos de Tokio, a Francisca Mardones no le cabía tanta felicidad en el cuerpo. Con una medalla de oro y un récord mundial en el bolsillo, la chilena gozaba al darle una alegría deportiva a su país y hacer historia como la primera representante criolla en alcanzar dichos logros.
Tras su presentación, la atleta nacional conversó con el Comité Paralímpico de Chile, instancia en la que dio rienda suelta a su emoción: “La palabra feliz queda corta. Es un momento por el que se ha trabajado mucho, que he esperado muchos años, también de arduo entrenamiento y constancia en el alto rendimiento. Que al fin haya salido una medalla es realmente un sueño cumplido”.
Así se vivió el histórico momento, en palabras de la propia Mardones: “Entré bien, no sé si presionada. La niña de México había hecho una marca bien buena y pasarla no era fácil. Así que me concentré mucho. Traté de repasar bien qué era lo que debía hacer, pero cuando hice el primer lanzamiento no fue bueno. Así que ahí vi cuáles eran los cambios que debía hacer”.
Continuó: “Cuando igualé pensé ‘bueno, nos iremos las dos con la medalla de oro’, pero quería llevármela yo. Así que seguí tratando de mejorar y cuando ya rompí el récord mundial, que ese era mi objetivo, fue increíble. Me puse a llorar, no aguanté la emoción y después me di cuenta de que tenía que seguir lanzando. Me tuve que controlar y seguir enfocada en la competencia”.
La chilena cerró relatando que “cuando volví a romper el récord en el sexto lanzamiento, ahí era mucha felicidad y en el fondo que se haya concretado un sueño y todo el trabajo que habíamos hecho con el equipo”.