Los hermanos Menéndez están preparados para presentar sus argumentos desde este jueves en busca de obtener libertad condicional, lo que marca el momento más cercano que han tenido desde su condena hace casi tres décadas por asesinar a sus padres.
Erik y Lyle Menéndez fueron sentenciados en 1996 a cadena perpetua por matar en 1989 a su padre, José Menéndez, y a su madre, Kitty Menéndez, en su mansión de Beverly Hills. En ese entonces tenían 18 y 21 años. Aunque la defensa sostuvo que actuaron en defensa propia tras años de abuso sexual, la fiscalía argumentó que lo hicieron para quedarse con una herencia millonaria.
En mayo un juez de Los Ángeles redujo las condenas de cadena perpetua sin opción a libertad condicional a un rango entre 50 años y cadena perpetua. Así, los hermanos quedaron inmediatamente habilitados para optar a libertad condicional, ya que tenían menos de 26 años cuando cometieron el crimen, de acuerdo con la legislación de California.
Un panel de dos o tres funcionarios designados por el gobernador revisará los casos de forma individual. La audiencia de Erik Menéndez será el jueves por la mañana y la de Lyle el viernes, ambas realizadas por videoconferencia desde el Centro Correccional Richard J. Donovan en San Diego.
La junta deberá determinar si los hermanos representan un “peligro para la sociedad” en caso de ser liberados, tomando en cuenta antecedentes como historial delictivo, motivación del crimen, señales de remordimiento, conducta en prisión y proyectos a futuro, según informó el Departamento de Prisiones y Rehabilitación de California.
Incluso si se concede la libertad condicional, podrían pasar meses antes de que salgan en libertad. El director jurídico tiene hasta 120 días para revisar la decisión y luego el gobernador demócrata Gavin Newsom cuenta con 30 días adicionales para ratificar o rechazarla.
Newsom había solicitado previamente a la junta una evaluación de riesgo de los hermanos, en respuesta a una petición de clemencia. En mayo declaró en una conferencia de prensa que ha aprobado y rechazado decisiones de la junta antes, y que él es el “árbitro final”.
El mes pasado, el abogado Mark Geragos buscó la liberación de Erik Menéndez por un “problema de salud grave”. El reo fue hospitalizado pero posteriormente regresó a prisión.
El caso Menéndez ha captado la atención pública durante décadas, inspirando documentales, programas especiales y dramatizaciones. El drama Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez y el documental Los Hermanos Menéndez, ambos estrenados en 2024 en Netflix, han renovado el interés en la historia.
En el último año, celebridades como Kim Kardashian y una mayor visibilidad de los hermanos como víctimas de abuso sexual han impulsado una campaña por su liberación. Algunos seguidores han viajado a Los Ángeles para protestar y asistir a audiencias judiciales.
El exfiscal de distrito George Gascon abrió la posibilidad de libertad en 2023, al solicitar a un juez que redujera sus condenas. Desde entonces, los hermanos han cursado estudios, asistido a programas de autoayuda y organizado grupos de apoyo para otros internos, según una petición presentada por su defensa.
La nueva sentencia se dictó pese a la oposición de los fiscales actuales, quienes insistían en que Erik y Lyle no habían asumido plenamente la responsabilidad de sus crímenes.
Los hermanos aún mantienen activa una petición de habeas corpus presentada en mayo de 2023, que busca la revisión de sus condenas a partir de nuevas pruebas sobre el abuso sexual cometido por su padre. El mes pasado, otro juez pidió a los fiscales de Los Ángeles que expliquen por qué el caso no debería reabrirse.
El Departamento de Correcciones del estado seleccionó a un representante de los medios para seguir el procedimiento virtualmente y compartir notas con la prensa en intervalos previamente establecidos.
