Giovanni Inchauste, el cardiólogo que la familia de la expresidenta de Bolivia, Jeanine Áñez, contrató para que valore su estado en prisión, descartó que tenga que ser ingresada en un hospital. No obstante, alertó del estado anímico de la exmandataria.

“En este momento no hay indicación de ser hospitalizada y para exámenes tampoco, porque son complementarios y no se requiere de un traslado”, ha dicho Inchauste al abandonar la prisión de Miraflores, según ha recogido el diario local ‘El Deber’.

De acuerdo con el informe médico elaborado por el facultativo, la hipertensión arterial que sufre Áñez ya está siendo tratada y no hay indicios de insuficiencia cardiaca.

No obstante, subrayó que anímicamente está afectada, aunque ha señalado que esta circunstancia es “totalmente comprensible”. “Es una situación difícil”, puntualizó.

Áñez está en prisión preventiva desde el 15 de marzo, acusada de sedición, terrorismo y conspiración por su rol en el marco de la crisis postelectoral de 2019. Su familia llevaba días intentando que un médico ajeno a las autoridades bolivianas la valorara, ante un “deterioro” y una “crisis de hipertensión”.

Mediante una carta manuscrita, dijo el martes que las autoridades bolivianas “atentan” contra su salud y denunció que no dejaban que un “médico independiente del Gobierno” la valorara.

“No confío en los médicos del Gobierno”, zanjó. “Ellos son parte del sistema de abuso y represión y ya han demostrado que están dispuestos a arriesgar mi vida, inyectarme medicación de alto riesgo sin precauciones ni estudios previos, con el fin de mantenerme en sus celdas”, agregó, responsabilizando al presidente, Luis Arce, “si algo mayor llegara a pasar”.