Mercado Libre respondió a las acusaciones de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), que le imputó cargos por comercializar en su plataforma cerca de 70 productos sin certificación.
La compañía sostuvo que el oficio de la SEC “confunde el rol de Mercado Libre”, explicando que su función es ofrecer “a disposición de los usuarios compradores una plataforma que le permite a los usuarios vendedores comercializar productos”. Según la empresa, su papel es el de un intermediario tecnológico, que facilita el encuentro entre vendedores y compradores, brindando un espacio seguro y eficiente para el comercio electrónico.
La firma recalcó que “los productos pertenecen y son gestionados por vendedores independientes”, quienes deben cumplir con la normativa vigente para su comercialización. A la vez, precisó que “proporcionamos todas las herramientas tecnológicas y la información necesaria para que nuestros usuarios puedan cumplir con la normativa aplicable a los productos que comercializan”.
Asimismo, Mercado Libre afirmó que sus políticas son “estrictas” e incluyen la Política de Publicación y Artículos Prohibidos, que prohíbe de forma expresa publicar contenido que infrinja la legislación vigente. “Cada persona usuaria acepta y se compromete a respetar estas normas al utilizar nuestros servicios”, subrayó.
En línea con su compromiso de mantener un entorno digital seguro, la empresa señaló que realiza “sus mejores esfuerzos para detectar de manera temprana y eliminar publicaciones generadas por usuarios que, de manera indebida, infringen las leyes nacionales o nuestras políticas internas”. También indicó que dispone de herramientas para denunciar posibles infracciones, como el “Botón de Denuncia”, accesible y gratuito en todas las publicaciones del marketplace.
La compañía agregó que, durante el período fiscalizado por la SEC, retiró preventivamente las publicaciones con potencial infracción, cumpliendo con los requerimientos de la autoridad en sus labores de fiscalización. Entre los artículos cuestionados se encontraban duchas eléctricas, turbo calefactores, hervidores, calefones, generadores eléctricos y taladros.
Por su parte, la SEC advirtió que “dentro de los riesgos a los que se exponen las personas que compraron estos productos estarían los de incendio; descargas eléctricas; fallas operativas por mal funcionamiento; sobrecargas y cortocircuitos”.