Un verdadero escándalo se vivió en India, luego que varias miles de personas recibieran dosis de agua salina en vez de la vacuna contra el coronavirus en varios centros fraudulentos en el estado occidental de Maharashtra.
Según precisaron medios locales, unas 2.500 personas “en lugar de la vacuna Covishield (la versión india del antígeno desarrollado por AstraZeneca), recibieron agua salina” en varios puntos de la ciudad de Bombay en mayo y junio.
Tras revelarse este reprochable hecho, se ha detenido a 14 profesionales implicados en el fraude, entre los que se incluyen varios médicos y trabajadores sanitarios que “de alguna manera, pertenecen al campo de la medicina”.
Esta no ha sido la única polémica a nivel nacional, pues eventos similares de supuesta vacunación fraudulenta han sido reportados en otras regiones en los últimos dos meses, coincidiendo con el periodo en el que el Gobierno autorizó la inoculación de toda la población adulta, ampliando al máximo los grupos etarios.
En cuanto al momento que vive el país con el coronavirus, lejos quedan ya los días más oscuros de la pandemia, cuando se registraban diariamente cerca de 400.000 nuevos contagios y 4.500 fallecidos. Una situación límite que obligaba a quemar los cuerpos en plena calle. Ahora, India mantiene una media de unos 34.000 contagios y 500 muertes, niveles altos pero muy lejos del pico de ambos indicadores.
