A partir del viernes 1 de septiembre, los scooters eléctricos no podrán ser usados como transporte en las calles de París, Francia. Lo anterior se debe al resultado del controversial referéndum que levantó el uso del polémico transporte.

De esta manera, los tres operadores presentes en el país (Lime, Tier y Dott) perderán la autorización de ocupar el espacio público, luego de una consulta ciudadana realizada a principios de abril, según consignó AFP.

En los sufragios, el “no” se impuso con el 90%, aunque solo votó el 7,46% de las personas inscritas en las listas electorales. De esta manera, a inicios de agosto cerca de 15.000 vehículos fueron retirados de forma progresiva de las calles y solo quedan unos pocos disponibles, principalmente en el centro de París.

De los 5.000 scooters pertenecientes a Tier, un tercio será enviado a unas 80 localidades de los suburbios y zonas aledañas de la capital parisina, mientras que el resto será enviado a Alemania. Por su parte, Dott mandará sus unidades a Bélgica y Tel Aviv y los monopatines eléctricos de Lime tienen destino a Lile, en el norte de Francia, Londres, Copenhague y varias ciudades alemanas.

Según los propios operadores, son casi 400 mil personas las que se desplazaron en scooter eléctrico durante el 2022. Las compañías prevén que los clientes recurran a la bicicleta como medio de transporte, lo que permitiría, por ahora, no despedir a sus empleados.

Sin embargo, la bicicleta resulta ser menos popular que su sucesor: los turistas la consideran una “alternativa”, pero “no es la misma cosa, es más grande y más pesada y no es tan ágil”, añadió la influencer estadounidense, Amanda Rollins.