Por intermedio de un mensaje a la nación publicado en medios oficiales, fue recibido con un concierto de bocinas en el centro de Argel, la capital, donde ya no se veía la policía a pesar de que se había desplegado durante la jornada.
“¡Pacíficamente hicimos caer a la marioneta!” cantaban los argelinos al caer la noche en ese país, mientras que Buteflika despidió al impopular primer ministro Ahmed Uyahia, sustituido por Nuredin Bedui, hasta ahora ministro del Interior.
“No habrá quinto mandato” y “no habrá elecciones presidenciales el próximo 18 de abril”, anunció el gobernante un día después de volver a Argelia, tras dos semanas hospitalizado en Suiza, oficialmente para realizarse “exámenes médicos”.
Las próximas presidenciales “tendrán lugar al término de la conferencia nacional inclusiva e independiente (…) equitativamente representativa de la sociedad argelina así como de sus sensibilidades”, indicó el octogenario jefe del Estado.
Esta conferencia “fijará soberanamente la fecha de la elección presidencial a la que no seré en ningún caso candidato”, aseguró.
Sin embargo Buteflika indicó que seguiría siendo jefe de Estado más allá del final oficial de su mandato, el 28 de abril de 2019, y se mantendrá en el cargo hasta que se elija a su sucesor.
Su mensaje no cita ningún texto —ni la Constitución ni ninguna la ley– para justificar el aplazamiento de las elecciones.
Según el especialista en derecho constitucional, Fatiha Benabu, profesor en la universidad de Argel, “no hay base legal para aplazar las elecciones, en caso de crisis política, la Constitución argelina es parcialmente inefectiva”.
NUEVO GOBIERNO
Nuredin Bedui fue encargado esta jornada de formar un nuevo gobierno. Sustituye como primer ministro a Ahmed Uyahia, muy criticado por los manifestantes, que desde hace dos semanas salen en masa a las calles a protestar contra de un quinto mandato de Buteflika.
Bedui tendrá un vice primer ministro –un puesto que no existía desde 2012– en la persona de Ramtan Lamamra, un diplomático experimentado y bien considerado en el extranjero, que ocupará además el puesto de ministro de Exteriores que ya ostentó entre 2013 y 2017.
Cuando anunció su candidatura el 10 de febrero, Buteflika puso fin a meses de incertidumbre pero provocó protestas inéditas en el país desde su primera elección a la presidencia, en 1999.
Buteflika, de 82 años, está muy debilitado por las secuelas de un ictus que le ha impedido hablar de viva voz a los argelinos desde 2013 y que ha hecho excepcionales sus apariciones en público.
El viernes, una marea humana se manifestó, por tercer vienes consecutivo en las calles de Argel y de las grandes ciudades del país. La movilización aumentó semana a semana a pesar de los intentos de calmarla por parte del campo presidencial.
Buteflika anunció en vano que si era reelegido, lo que parecía muy probable, no terminaría su mandato y se retiraría tras una presidencial anticipada luego de realizarse una conferencia nacional.
El lunes se convocó en todo el país a una huelga general pero que no fue igual de seguida en todas partes. Los abogados, en huelga, se manifestaron de nuevo en algunas ciudades junto a los magistrados, a pesar de que las autoridades recordaron su obligación de “reserva”.
El martes están previstas manifestaciones de estudiantes en todo el país.
En la mañana de este lunes, el periódico oficial El Mudjahid todavía aseguraba que cualquier camino que no pase “por la vía de las urnas” atenta contra “la voluntad del pueblo”. “En democracia la elección no es una opción”, decía el periódico.