Y es que la animadversión expresada por figuras políticas y minorías que se sienten afectadas por la presencia del líder de la potencia sudamericana, constatada en declaraciones públicas y reacciones en redes sociales, por defender “la extrema derecha, la proliferación de discursos de odio y respaldo a las violaciones de los derechos humanos”, se replica en cada rincón al que va, según el mismo señaló al pisar suelo chileno la tarde del jueves.
“Tengo manifestaciones en contra en cualquier lugar del mundo a la que uno va”, dijo entonces el jefe de Estado brasileño restándole importancia a quienes le critican su actitud xenofóbica, homofóbica y misógina, por ejemplo, luego que la invitación al almuerzo que el Presidente Sebastián Piñera le ofrecerá el protocolo exige que las mujeres asistan con vestido corto de cóctel.
Todo ello acompañado de las declaraciones de su ministro de la Casa Civil, Onyx Lorenzoni, quien avaló las violaciones a los derechos humanos cometidas por el régimen del fallecido Augusto Pinochet.
“Chile tuvo que dar un baño de sangre. Triste, la sangre lavó las calles de Chile, pero las bases macroeconómicas fijadas en aquel gobierno… ya pasaron ocho gobiernos de izquierda, y ninguno movió las bases macroeconómicas colocadas en Chile por Pinochet”, dijo el secretario de Estado, encendiendo las redes sociales con la tendencia #BolsonaroPersonaNonGrata.
Este escenario, que refleja el sentir en otros países que aunque tienen gobiernos de derecha o de centro no apoyan el pensamiento del militar retirado que fue elegido por una abrumadora mayoría en las elecciones presidenciales de un Brasil cansado de la corrupción de los gobiernos de izquierda.
NUEVA NORMALIDAD
Este es el escenario que abordó para The Guardian el profesor de relaciones internacionales en la Universidad de la Fundación Getulio Vargas en Sao Paulo, Oliver Stuenkel, quien sostiene que las protestas contra Bolsonaro son probablemente la “nueva normalidad” en los viajes al extranjero.“En cualquier país con una sociedad civil fuerte, el presidente probablemente se encontrará con protestas”, dijo el experto, citando el historial de racismo, misoginia y comentarios en contra de los derechos humanos, además de denuncias más recientes de vínculos familiares con grupos paramilitares que acumula Bolsonaro.
En ese escenario, acotó, es posible que muchos líderes latinoamericanos tengan que llevar a cabo un delicado acto de equilibrio, ya que si bien a sus votantes no les gusta mucho el gobernante de la potencia sudamericana, sigue siendo el líder del país más grande y la mayor economía del continente.
“Un presidente latinoamericano no puede evitar reunirse con Bolsonaro, y tienen que ser lo suficientemente amables para llevarse bien con él, pero no parece que estén demasiado alineados con él porque podría perjudicarlos a nivel nacional”, dijo Stuenkel.
Se espera que los mandatarios de Chile y Colombia, Iván Duque, intenten convencer a Bolsonaro para que se sume a su acuerdo “Prosur” que, según ellos, promueve la integración económica y política en la región sin conexiones ideológicas.
El gobierno brasilero ha desestimado el bloque comercial del Mercosur, que está asociado con los gobiernos de izquierda en la región, pero aún tienen que adoptar una posición clara en las relaciones regionales.
“Bolsonaro se verá obligado a adoptar una postura sobre algo que aún no ha hecho … Esto ciertamente establecerá el tono para las relaciones regionales”, subrayó el analista, apuntando que Prosur no es una iniciativa liderada por Brasil, como la mayoría de las políticas regionales Ha estado.
“Será interesante ver hasta qué punto Bolsonaro demuestra que él se considera el líder de la región. Este sería el momento para afirmar eso. El futuro de América del Sur está en debate en esta reunión”.
https://lanacion.cl/2019/03/21/bolsonaro-en-chile-tengo-manifestaciones-en-contra-en-cualquier-lugar-del-mundo/