El presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Soto, admitió este lunes estar “absolutamente optimista y convencido” de que habrá un acuerdo político “más temprano que lo que todos esperan” respecto al proceso constituyente.
El parlamentario rehusó ponerle fecha en relación al deseo del Gobierno y del oficialismo de que el pacto se cierre antes de este fin de semana de Fiestas Patrias.
En conversación con Radio Cooperativa, sostuvo que “no nos podemos casar con fechas, por una razón muy sencilla: los acuerdos se logran cuando hay consensos, ni antes ni después. Si es antes del 18 de septiembre, mejor todavía, bienvenido sea, pero si no, insistiremos. Nos vamos a desistir por autoimponernos una fecha”.
Según remarcó, no es conveniente poner los 50 años del golpe de Estado de 1973, que se conmemorarán el 11 de septiembre de 2023, como fecha límite para lograr una nueva Carta Magna.
“Sería un simbolismo importante para el país para ir cerrando ciclos, para ir cerrando heridas, y para empezar a construir juntos un futuro basado en la unidad, pero eso va a depender de muchos factores, de las características del acuerdo, de los plazos electorales (…) No nos autoimpongamos plazos, porque puede ser un contrasentido, por más que compartamos los simbolismos que se quieren lograr para los 50 años del golpe”, planteó.
Respecto a la conformación del futuro órgano constituyente, Soto consideró que “la idea de que un grupo de expertos pueda acompañar este proceso -y ahí se verá si ese grupo de expertos es electo por la ciudadanía o si es designado con alguna fórmula que sea representativa de las fuerzas políticas chilenas- es una buena idea, que se le da robustez técnica al trabajo de cambio constitucional y hay que analizarlo. Están todas las alternativas hoy día sobre la mesa”, consignó Cooperativa.
Añadió que en el transcurso de esta mañana –en el ex Congreso en Santiago se lleva a cabo una reunión con los partidos y otros actores-“vamos a conocer en un ratito más las propuestas que nos traen cada uno de los partidos y las bancadas, las pondremos todas sobre la mesa y trataremos de ir avanzando en función de aquellas cosas donde tenemos acuerdo y tratar de acercar posiciones en aquellas donde tenemos aún diferencias”, señaló.
En ese sentido, advirtió además que “es complejo no partir desde una hoja en blanco, porque, ¿desde dónde se parte? ¿De un texto que fue rechazado, de un texto actual que está deslegitimado por la ciudadanía o de un proyecto que, por mucho que nos guste, nunca llegó a concretarse, como el de la expresidenta (Michelle) Bachelet?”.
