Setenta investigadores de la policía francesa trabajan intensamente este lunes para dar con los autores del robo de joyas reales en el Museo del Louvre, un hecho que ha reabierto el debate sobre las deficiencias en la seguridad de los museos del país.
Las autoridades sospechan que un grupo del crimen organizado planificó y ejecutó el asalto, que dio la vuelta al mundo y provocó el cierre del recinto por segundo día consecutivo.
“Lo que es seguro es que hemos fallado”, reconoció el ministro de Justicia, Gérald Darmanin, en la radio France Inter, señalando que este hecho proyecta “una imagen muy negativa” de Francia.
El Louvre, uno de los museos más importantes del planeta, tuvo que cerrar el domingo tras el robo de varias joyas de valor incalculable y seguirá cerrado este lunes, según confirmó un responsable del recinto.
El robo se produjo alrededor de las 9:30 de la mañana del domingo, cuando el museo ya estaba abierto. Los delincuentes rompieron las vitrinas con una pequeña motosierra en una operación que duró cerca de siete minutos.
Darmanin precisó que los ladrones fueron “capaces de colocar un montacargas” en la vía pública, “de hacer subir a gente en unos minutos para extraer joyas de valor inestimable y de dar una imagen deplorable de Francia”.
LOS OBJETOS ROBADOS
Entre las piezas sustraídas, todas del siglo XIX, destacan el collar de zafiros de las reinas María Amelia y Hortensia, compuesto por ocho zafiros y 631 diamantes, según detalla el sitio web del Louvre. También fue robado el collar de esmeraldas de María Luisa, formado por 32 esmeraldas y 1.138 diamantes, además de la diadema de la emperatriz Eugenia, adornada con cerca de 2.000 diamantes.
El ministro del Interior, Laurent Nuñez, aseguró que la operación fue ejecutada por ladrones “experimentados” y “posiblemente extranjeros”, quienes serían conocidos por hechos similares. Los asaltantes, con el rostro cubierto, usaron motosierras pequeñas y escaparon “en motocicletas de gran cilindrada”, informó la fiscal de París, Laure Beccuau.
La rápida intervención del personal del museo los obligó a huir, dejando parte del equipo utilizado, según el Ministerio de Cultura.
El botín sería imposible de vender en su estado actual, afirmó Alexandre Giquello, presidente de la casa de subastas Drouot.
HUMILLACIÓN NACIONAL
No es la primera vez que el Louvre sufre un robo. En 1911, la célebre Mona Lisa fue sustraída, aunque recuperada meses después. Desde entonces, no se había registrado un caso de esta magnitud: el último robo fue en 1998, cuando desapareció una pintura de Camille Corot que nunca se recuperó.
El asalto ha desatado críticas sobre la seguridad en los museos franceses, considerados menos protegidos que los bancos y cada vez más objetivos de redes criminales. Solo en el último mes, delincuentes robaron oro valorado en 700.000 dólares del Museo de Historia Natural de París, y sustrajeron piezas por 7,6 millones de dólares de un museo en Limoges.
“¿Hasta dónde llegará la desintegración del Estado?”, cuestionó Jordan Bardella, líder del partido Agrupación Nacional (RN), calificando el robo como “una humillación insoportable” para Francia.
Por su parte, el presidente Emmanuel Macron prometió en la red social X que “las obras serán recuperadas y los autores llevados ante la justicia”.