Ucrania calificó este martes a Rusia de “Estado terrorista” ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) tras acusarla de haber destruido una importante represa en el marco de lo que denuncia como una campaña de violencia de años.
El ataque sobre la represa de Kajovka “provocó importantes evacuaciones civiles y graves daños ecológicos”, afirmó el representante ucraniano Anton Korinevich ante la ONU.
“Las acciones de Rusia son las acciones de un Estado terrorista, de un agresor”, añadió.
Rusia y Ucrania se acusaron mutuamente este martes de la destrucción parcial de una presa hidroeléctrica en el frente sur del conflicto que, según autoridades ucranianas, provocó inundaciones de pueblos y evacuación de los residentes.
Las fuerzas ucranianas efectuaron “múltiples ataques” sobre la represa de Kajovka, en una parte de la región de Jersón ocupada por Rusia, dijo en Telegram el alcalde del municipio de Nova Kajovka designada por Moscú, Vladimir Leontiev.
Este responsable municipal añadió que estas acciones destruyeron las válvulas de escape de la represa y provocaron “un flujo de agua incontrolable”.
“La represa no está destruida y es una suerte inmensa”, precisó.
En tanto, el ejército ucraniano acusó en un comunicado a Rusia de haber hecho detonar la presa.
El responsable de la administración militar ucraniana en Jersón, Oleksander Prokudin, dijo que varios pueblos quedaron “completamente o parcialmente inundados” por lo que habían empezado la evacuación de la población de la zona.
“Unas 16.000 personas se encuentran en la zona crítica en la orilla derecha de la región de Jersón”, dijo en redes sociales Prokudin.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, convocó de urgencia a su Consejo de Seguridad, anunció en Telegram el jefe de la administración presidencial ucraniana, Andriy Yermak, quien denunció un “crimen de guerra”.
“Si hace falta, estamos preparados para evacuar a los habitantes de los pueblos ribereños”, declaró en un comunicado el jefe del gobierno de la región de Jersón, Andréi Aleksenko, quien aclaró que su vida no corre peligro y pidió “no caer en el pánico”.