Mientras en Colombia se celebra el hallazgo y rescate de los cuatro niños desaparecidos durante 40 días en la selva, los militares siguen trabajando para encontrar al último de los extraviados: Wilson, un pastor belga que fue pieza clave para dar con algunas pistas que indicaron que los menores se encontraban con vida.

Bajo la premisa de que “ninguno se queda atrás”, el ejército se encuentra trabajando en la búsqueda del can, a quienes consideran “uno más del comando”. Según se conoce, Wilson se perdió en la selva amazónica colombiana durante el rescate de los cuatro niños indígenas. El perro fue clave en las labores iniciales de rescate y ayudó a mantener las esperanzas de que los menores seguían con vida al encontrar un biberón en medio de la selva.

El ejército reportó su desaparición el pasado jueves. “Debido a la complejidad del terreno, la humedad y las adversas condiciones climáticas se habría desorientado”, señalaron mediante un comunicado. No obstante, diversas pistas apuntan a que Wilson podría haber llegado primero que nadie a los menores.

Según comentó la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Astrid Cáceres, los menores indicaron que se encontraron con un “perrito” en la selva. Cáceres agregó que los hermanos hablaron “del perrito que se les perdió, que no saben dónde quedó y que los acompañó un rato”. A esto se le suma el encuentro por parte de los militares de “huellas que serían de los menores y muy cerca también las que podrían ser del perro”.

Durante una visita al hospital del comandante de las fuerzas armadas, Helder Fernán Giraldo Bonilla, las niñas Lesly y Soleiny le hicieron entrega de unos dibujos en los que aparece un perro.

Un recordatorio del “inmenso esfuerzo de nuestros soldados y de nuestro #Amigode4patas Wilson” a quien no “dejarán atrás”, reafirma el Ejército.