Jorge González sorprendió esta semana tras reaparecer en la esfera pública, de la mano de una íntima y extensa entrevista realizada por el periodista Emiliano Aguayo, para el sitio La Rata.
En su conversación con Aguayo, conocido por sus libros sobre la historia de Los Prisioneros, el histórico músico nacional se refirió a sus recientes estrenos musicales junto a Colombina Parra, y también profundizó sobre temas más personales, como la sexualidad y los afectos.
Respecto a su experiencia con Colombina, hija de Nicanor Parra, señaló que “al principio grabamos para el recuerdo, en el teléfono. Luego me sentí capaz de grabar. Considera que antes no podía hacer dos cosas a la vez. Y con el inestimable auxilio de mi querido Pancho Straub adquirí unos equipos y monté un sistema de grabación en mi living comedor”.
“Ella me dio la clave para tocar. Cuando me lo planteó, yo le dije ‘pucha, Colombina, yo no puedo tocar como antes’, ‘toca como ahora, entonces’, me dijo. Y tenía razón. Y toqué con lo que podía hacer ahora y salió esta música. Eso es lo que puedo hacer ahora. Y cuando la escuché me di cuenta que tampoco estaba tan mal”, añadió.
Uno de los títulos de las nuevas canciones de González es “Ya no tengo sueños sexuales”. Respecto a esto, el cantante realizó una íntima confesión, al señalar que “ya no me interesa el sexo. No me interesa gustarle a las minas, para nada”.
“Me he fijado que varios caballeros de mi edad o mayores, todavía andan mirando a las cabras chicas y pensando dónde la van a poner. Pero, ya no se les para como antes y andan con un viagra para que pase. Yo no veo para qué”, expresó.
“Creo que la actividad sexual está un poquito sobrevalorada. Claro, es rico y es fantástico, y hasta puede llegar a ser trascendente. Pero, sobrevalorada como la meta final de todo”, sostuvo.
Por otra parte, también recordó un accidente que tuvo en Valdivia hace dos años, incidente que luego, con su recuperación, lo ayudó a volver a sentarse al piano. “Pasó que la polola de esos días quería ir a Valdivia. Entonces, compró los pasajes y vio el hotel (…) Me jodí la pata, ni siquiera en la escalera, sino en un pasillo posterior a ella. O sea, igual la escalera me debilitó la pierna. Luego, caminando en la calle, me caí nuevamente. Ella me decía que me parara, que pisara y yo no podía”, contó.
Asimismo, mencionó que “no fue tan fuerte para una persona que está bien, pero para mí fue fatal. Una persona sana ni siquiera tiene ese accidente”.
“Me hice el canchero: error. Incluso, ya antes, con ACV, turuleco y todo, igual había ido a Valdivia, pero con el cuidado del ascensor. Es decir, todavía tengo que cuidar ciertos detalles, como preguntar algunas cosas antes de ir al algún lugar”, dijo.
