El presidente de Argentina, Alberto Fernández, manifestó este miércoles ser comprensivo con la decisión de la Selección albiceleste por no visitar la Casa Rosada durante los festejos del martes, y afirmó que “para hablar con Messi y Scaloni siempre habrá tiempo”.
“Hoy leí en un diario que Alberto Fernández es el único presidente que no recibió a un equipo campeón mundial de fútbol, y puede ser; tal vez tenga que ver con esa decisión que tomé de no mezclar la política y el fútbol”, afirmó el mandatario en una entrevista a Radio con Vos.
“Para hablar con Messi y con Scaloni siempre habrá tiempo, ahora el tiempo es de ellos. Creo que hay que dejar de pensar tanto en uno mismo; la selección no es mía, no es del Frente de Todos (coalición gobernante), ni de la oposición, es de todos”, agregó.
La caravana que trasladó a la Albiceleste partió poco antes de las 11:30 horas del martes desde el recinto deportivo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires. La jornada estuvo marcada por una afluencia masiva de personas que frenó el avance de la expedición de su selección.
Luego de cinco horas, los jugadores abandonaron el bus descapotable y culminaron sus festejos con una “vuelta olímpica” en helicóptero, sin visitar la intersección entre la autopista 25 de Mayo y la Avenida 9 de Julio, el cual iba a ser el punto final de las celebraciones, ni tampoco fueron a la Casa Rosada, en donde el Gobierno nacional tenía todo preparado para recibir al equipo.
Sobre esto último, trascendió que los jugadores no fueron a la Casa de Gobierno debido al “cansancio” y a la “dificultad para llegar”, según Fernández, y reiteró su “respeto” a esta decisión, puesto que “los homenajeados eran ellos”.
“A mí no me importa no recibirlos si es que ellos estaban cansados y quieren hacer otra cosa. No estoy ofendido”, afirmó Fernández, y aclaró que no habló con nadie de la Selección, salvo con Alejandro “Papu” Gómez, quien le envió un “mensaje cariñoso” por la red social Instagram.
Respecto a los festejos del martes en Buenos Aires, en donde más de cuatro millones de aficionados salieron a las calles para recibir a los jugadores, el mandatario afirmó que se trató de “una fiesta popular” como nunca se ha visto en Argentina, sin que se experimentasen “excesos” ni “abusos”.
“Fue muy positivo, porque todo se hizo en un clima de mucha tranquilidad, armonía y paz. Celebré y disfruté mucho de ver a la gente disfrutar, que era lo que yo quería, después de un tiempo tan difícil como el que nos tocó pasar”, aseveró el mandatario.
