Fue acusado de ser el principal responsable del clima de violencia política que llevó al golpe del 11 de septiembre de 1973, por su consigna de “avanzar sin transar”, y de hecho encabezó la lista de los más buscados del régimen militar, por encima de Miguel Enríquez, líder del MIR, y de Luis Corvalán, secretario general del PC.
En una entrevista para La Tercera, con motivo de los 45 años del golpe militar, hizo escuetas declaraciones:
¿Le tiene susto a la muerte?
-No. Ya me tengo que morir nomás.
¿Le da miedo lo que digan de usted después de que se muera?
-No. Ahí qué importa, si uno está debidamente enterrado.
¿Le gustaría hacer algo antes de morirse, algo que no haya hecho?
-No, no lo he pensado.
¿Le gustaría que lo enterraran acá, en su patio?
-Me da igual donde me entierren. Ya no me importa dónde me van a enterrar. Es lo único que sé. Ya no estoy ni ahí.
¿Cuándo le dejó de importar lo que dicen de usted?
-Ya no me importó. Ya me toca irme al cementerio.
Se ve bien a los 95.
-Sí, pero la procesión va por dentro.
¿Cómo le gustaría que lo recordaran?
No, yo preferiría que no me recordaran.
¿Por qué?
-Porque no quiero que me recuerden. Quiero que me dejen tranquilo nomás.