Se trata de Manuel Marcelino Gutiérrez, empleado del Correo Argentino de la ciudad Puerto Madryn, en la provincia de Chubut, condenado a un año de presión en suspenso, es decir no efectiva, por violar y ocultar correspondencia privada.
“Desde abril de 2016 le hemos citado y se ha hecho comparecer por intermedio de la Policía, pero no ha habido noticias”, explicó al canal de noticias TN Enrique Guanziroli, juez encargado del caso.
La suspensión de la condena a prisión conlleva ciertas obligaciones, presentarse regularmente ante los juzgados, realización de tareas comunitarias, deberes que Gutiérrez no ha llevado a cabo. Al no poder dar con su paradero, se ha considerado que se declara en rebeldía, por lo que se ha ordenado que sea detenido para que cumpla con la pena en una cárcel.
En 2009 se encontraron en el domicilio del cartero 19.302 cartas acumuladas durante varios años, que en el momento del hallazgo se ordenó que fueran redistribuidas a sus destinatarios.
“Eran bolsas y bolsas de correspondencia”, añadió Guanziroli, quien subrayó que durante el proceso la defensa del cartero aportó varios testigos, entre ellos destinatarios habituales de su correspondencia, que hablaron “a favor” del acusado.
“Los pocos que llevó la defensa hablaron que era una persona cumplidora, que se esforzaba en distribuir la correspondencia”, relató el juez.
Según medios locales, Gutiérrez declaró en el juicio que no le daba el tiempo para repartir todas las cartas y las tenía en su casa para ordenarlas, afirmación cuestionada por la enorme cantidad de correspondencia que tenía en su poder.
Guanziroli señaló que no hay ningún indicio de que el cartero esté fallecido, aunque reconoció que es una posibilidad. También destacó que ninguna autoridad ha reportado que el acusado esté detenido en alguna cárcel por otros delitos. Gutiérrez no tiene familiares que puedan dar con su paradero.