El Presidente Gabriel Boric descartó un “perdonazo” generalizado para la población migrante que hizo ingreso a territorio nacional de manera clandestina.
Además anunció el cumplimiento pleno de la ley en lo que respecta a los extranjeros que infrinjan la norma, del mismo modo que se aplicará contra quienes cometen hechos de violencia en la denominada Macrozona sur y en el Centro de Santiago en el contexto de manifestaciones.
Pese a anticipar un abordaje integral de la problemática migratoria, el nuevo Mandatario pidió, en una entrevista conjunta de la Asociación de Radiodifusores de Chile (Archi), recordó que “detrás de la migración hay una crisis humanitaria” parecida a la que afectó a Chile en los ’70, cuando miles de chilenos fueron recibidos “desde Albania, Suecia, México, Argentina, hasta todos los países que te puedas imaginar”, razón por la que abogó por un acuerdo regional en torno a cuotas de recepción de migrantes ya que “no puede recaer el peso en un grupo de países, Colombia, Perú y Chile”, materia que se discutirá en un encuentro internacional a llevarse a cabo en junio.
A la pregunta de si serán expulsados aquellos que violen la ley, Boric afirmó “vamos a cumplir la ley”, y agregó su rechazo a una regularización masiva de todos quienes ingresaron a Chile por pasos no habilitados. “Si yo anunciara un perdonazo sería un error estratégico por parte nuestra. No corresponde”, señaló el Presidente Boric, quien dijo no tener “anotados esos vuelos que dejaron financiados”, en referencia a los seis servicios aéreos que el Gobierno de Piñera habría dejado ya pagados para embarcar a los que sean expulsados.
En esa línea, prefirió diseñar un plan migratorio con las autoridades locales que incluirá la prórroga al estado de excepción que ya descartó para el sur del país. “Decidimos solicitar su prórroga pues creemos que las condiciones que lo justificaron en una primera oportunidad siguen vigentes”, declaró.
También, el Mandatario anunció que en la misma noche del domingo la ministra del Interior, Izkia Siches, se trasladará a La Araucanía para dar inicio a su trabajo en pos de diseñar una nueva estrategia para combatir la violencia rural.
En estas reuniones participarán “alcaldes, gobernadores, las comunidades del pueblo nación mapuche y también los familiares y víctimas de la violencia”. No obstante, Boric fue categórico en descartar una nueva prórroga del estado de excepción, aunque destacó una mejora en la infraestructura policial.
“Estamos por reconstruir las confianzas. Va a tardar (reconstruirlas). Sería una ignorancia de mi parte pretender que vamos a solucionar un problema de 150 años”, declaró Boric, y agregó: “A quienes se apartan de la ley, nosotros vamos a aplicar el estado de derecho (…) Esto no significa ser permisivos con que se realizan actos delictuales”, del mismo modo que enfrentará los desórdenes que se producen los viernes en el centro de Santiago, donde los hechos de violencia “solo se distancian con las causas que dicen defender”, razón por la que “los que destruyen mobiliario público y privado serán perseguidos y sancionados”.
Junto con destacar problemas emergentes como la sequía derivada del cambio climático, lo que obliga a una serie de acciones como el procesamiento de las aguas grises y la desalinización, el Mandatario marcó una clara prescindencia del proceso constituyente y un rechazo a cualquier “defensa corporativa” sobre instituciones como el Senado.
“Cualquier resultado va a ser mejor que una Constitución escrita por cuatro generales. Espero que sea punto de encuentro y no de división”, declaró, al tiempo que defendió el efecto moderador del quorum supramayoritario de 2/3 para la aprobación de normas constitucionales, cosa que se hizo patente frente al informe de la Comisión de Medio Ambiente, que “en su primera pasada por el Pleno, 22 de los 30 artículos fueron rechazados”, demostrando que todo articulado maximalista no va a ser aprobado. “El deber ético moral y práctico para buscar acuerdos. Esta norma era positiva para el proceso”, señaló.
Gabriel Boric expresó nuevamente su intención de presentar una reforma tributaria. “Siempre se van a encontrar obstáculos para esto”, declaró, aunque destacó que “en el empresariado hay consenso de que si hacen las cosas bien” podrán avanzar en ese empeño.
“Vamos a mantener firme el timón en esa dirección”, declaró, destacando que “todo gasto permanente va a estar sustentado en ingresos permanentes”, garantizando una actitud rigurosa con la disciplina fiscal de la mano de un Mario Marcel, el ministro de Hacienda sobre el cual se ha “dibujado como un gurú de la moderación”.
Uno de los objetivos de esa reforma será cerrar las brechas en términos de elusión y evasión. “La reforma tributaria es integral (…) En la PGU (Pensión Garantizada Universal) se avanzó bastante la discusión en torno a exenciones”, declaró, anunciando para ello un reforzamiento del Servicio de Impuestos Internos, aunque fue claro que este “primer año vamos a respetar el presupuesto aprobado el año pasado”, controlando el gasto público a efectos de contener la inflación.
