Australia confinó por siete días a su capital, Canberra, y sus comunidades aledañas, tras detectar un caso de coronavirus, dentro de su estrategia de supresión del virus con confinamientos rápidos y estrictos.
Con esto, aproximadamente 430.000 pobladores del Territorio de la Capital Australiana deberán cumplir con la medida que entra en vigor esta misma tarde tras detectar al primer infectado en trece meses en este territorio.
Al darse a conocer el caso, las autoridades optaron por decretar la medida al observar la situación sanitaria en Nueva Gales del Sur, su única frontera, donde se registra un rebrote con epicentro en Sidney y vinculado a la variante Delta.
“Este es el riesgo más grave a la seguridad pública que enfrenta el Territorio (de la Capital) desde el inicio de la pandemia”, señaló el jefe del gobierno regional, Andrew Barr, a la prensa.
A pesar de esta estricta y rápida medida, el Parlamento de Australia -ubicado en la capital- celebró este jueves su última sesión de la presente legislatura antes del parón programado hasta el 23 de agosto.
“Es demasiado pronto para decir en este momento cómo será la próxima legislatura y si debe o no aplazarse“, remarcó Barr.
