Una serie de críticas han surgido ante la decisión de Chile de marginarse de participar como invitado de honor en la Feria Internacional del Libro Frankfurt 2025, considerado el evento literario más importante del mundo.

Nuestro país decidió asistir solo con una delegación itinerante debido a una razón presupuestaria.

“Se consideraron motivos presupuestarios, ya que ser invitado de honor en esa feria significa una gran inversión, que acorde al lineamiento de austeridad, enfocaremos en gasto público para una iniciativa de alcance internacional en Chile que permita volver a posicionar a nuestro país como espacio de reconocimiento mundial en esta área”, indicó el Ministerio de las Culturas, según Ex-Ante.

De acuerdo al citado medio, la determinación causó la molestia de los organizadores debido a que en marzo se firmó una carta de intenciones y a que Chile había pedido específicamente ser invitado de honor en 2025. A ello se suma que nunca un país había retirado su postulación.

En declaraciones a Culto de La Tercera, el escritor Francisco Ortega explicó que “Frankfurt no es una feria del libro como Guadalajara, o Buenos Aires, que son ferias de autores, donde los lectores van a que los escritores les firmen los libros, hay charlas, lanzamientos. Frankfurt es una feria de negocios, para editores, agentes”.

“En ese sentido, todos los años las editoriales van a Frankfurt, gente, scoutings, pero van quienes pueden pagar los pasajes y estadías, de las independientes son muy pocos las que van, a menos que lo hagan por Ventana Abierta”, agregó, advirtiendo que la instancia era una oportunidad para las editoriales para mostrar su trabajo.

Más duro fue el poeta Matías Rivas, quien al mismo portal dijo que la decisión “es una vergüenza nacional. Es una de las ferias más antiguas del mundo. Ningún país del mundo ha dicho que no, ni Corea del Norte”.

“Es muy raro que el Gobierno de Chile no quiera poner a sus intelectuales, a sus libros, en un lugar que es importante. Con el prestigio que tiene la poesía, los narradores. Eso podría ser hasta un legado del Presidente”, añadió.

En tanto, la Corporación del Libro y la Lectura acusó una “profunda desazón e inquietud” y remarcó que “esta determinación perjudica fuertemente al mundo del libro chileno, que pierde la oportunidad de difundir, desde un lugar de privilegio, el trabajo de nuestros autores, ilustradores y creadores en el encuentro más relevante para la industria editorial a nivel internacional”.