Pasados dos años de la remodelación de calle Compañía, la municipalidad de Santiago decidió retirar los adoquines que cubrían el eje Compañía-Merced y reasfaltar los tramos entre Teatinos-Morandé, Bandera-Ahumada y Casa Colorada-San Antonio.
Las obras realizadas bajo la administración de la entonces alcaldesa, Carolina Tohá, demandaron una inversión de $1.484 millones.
Desde la alcaldía señalaron que el cambio de los adoquines por asfalto se debió al deterioro de la superficie por el paso de los buses del Transantiago.
A su turno el Directorio de Transporte Público Metropolitano (DTPM) había señalado inicialmente que las obras “corresponden a un programa de reparación de adoquines, enmarcado en el Plan Centro”. No obstante, luego afirmaron que los bloques no serían reparados, sino que retirados de la vía.
Tanto el municipio como el DTPM explicaron que el adoquinado que se quitó no es de carácter patrimonial.
Para la arquitecta Pía Montealegre, el retiro de los adoquines es algo “lamentable” y agrega que “decir que el adoquín no tiene un valor patrimonial es un poco de ignorancia, porque cualquier pavimento de piedra fabricado a mano tiene un valor patrimonial”.
El ex presidente del Colegio de Arquitectos Sebastián Gray acusa deficiencias en la instalación, ya que el rápido deterioro se debería a que no se respetó el tiempo de fraguado del adoquín. “El deterioro fue simplemente por un defecto técnico”, declaró.
Las obras realizadas bajo la administración de la entonces alcaldesa, Carolina Tohá, demandaron una inversión de $1.484 millones.
Desde la alcaldía señalaron que el cambio de los adoquines por asfalto se debió al deterioro de la superficie por el paso de los buses del Transantiago.
A su turno el Directorio de Transporte Público Metropolitano (DTPM) había señalado inicialmente que las obras “corresponden a un programa de reparación de adoquines, enmarcado en el Plan Centro”. No obstante, luego afirmaron que los bloques no serían reparados, sino que retirados de la vía.
Tanto el municipio como el DTPM explicaron que el adoquinado que se quitó no es de carácter patrimonial.
Para la arquitecta Pía Montealegre, el retiro de los adoquines es algo “lamentable” y agrega que “decir que el adoquín no tiene un valor patrimonial es un poco de ignorancia, porque cualquier pavimento de piedra fabricado a mano tiene un valor patrimonial”.
El ex presidente del Colegio de Arquitectos Sebastián Gray acusa deficiencias en la instalación, ya que el rápido deterioro se debería a que no se respetó el tiempo de fraguado del adoquín. “El deterioro fue simplemente por un defecto técnico”, declaró.
