El Juzgado de Garantía de Linares decretó este martes la prisión preventiva de los dos sujetos formalizados por el delito de violación con homicidio contra el niño Emiliano Jara, de 12 años, cuyo cuerpo fue encontrado sin vida y con lesiones cortopunzantes el pasado 30 de abril en las cercanías del río Liguay la comuna de Longaví.

La jueza de garantía Paula Sánchez, quien presidió la audiencia, recordó que antiguamente el ilícito era castigado con la derogada pena de muerte, además de ello, dictaminó un plazo de investigación de cinco meses.

En la audiencia de formalización, el fiscal regional, Julio Contardo, manifestó que ambos acusados, después de violar al niño, procedieron a agredirlo en reiteradas ocasiones con un arma blanca en el tórax y en el cuello, hecho que gatilló el fallecimiento del menor, que se desangró en minutos.

Según el persecutor, el hecho es “configurativo del delito de violación con homicidio establecido en el artículo 372 bis inciso 1° del Código Penal y se les atribuye a los imputados la calidad de autores en grado de consumado”.

Los sujetos, de 18 y 27 años de edad, y con antecedentes policiales, pasarán a cumplir su prisión preventiva en la cárcel de Rancagua, habiendo culminado su detención en el centro penitenciario de Cauquenes.

FUNERALES

Casi en paralelo a la formalización de cargos, se realizó el funeral del menor, que fue despedido entre aplausos por los asistentes, familiares y cercanos, quienes trasladaron los restos mortales del niño en una carroza hasta el cementerio, la cual fue acompañada por una caravana de automóviles.

La madre de Emilio, agradeció las muestras de afecto de la gente que asistió a la ceremonia, señalando que “estoy parada acá en este momento para dar gracias a toda la gente que vino acá a estar conmigo”.

Respecto a la formalización de los imputados, señaló que “lo único que pido es justicia para mi hijo y lo voy a lograr. No quiero que la muerte de mi hijo quede impune, ya que con su muerte me sacaron la vida”.

La propia madre de Emilio señaló que conocía a uno de los sospechosos, ya que había trabajado junto a él en una faena agrícola del sector maulino, y manifestó que incluso realizaban compras cerca de su casa.