Lilian Poveda, jefa de la carrera de Técnico en Educación Parvularia del CFT Santo Tomás Concepción, dice que no existe una época mejor que otra. “Lo que realmente importa es que el pequeño tenga la madurez adecuada para comenzar con este proceso”.
El verano no sólo se asocia a calor, playa y vacaciones. Para algunos padres simboliza también la época en que los hijos dejan sus pañales.
Esto porque las altas temperaturas permiten que usen menos ropa, y si es que se llegaran a mojar, el calor los ayuda a secarse más rápido evitando con ello posibles resfríos.
Lilian Poveda, jefa de la carrera de Técnico en Educación Parvularia del CFT Santo Tomás Concepción, dice que no existe una época mejor que otra. “Lo que realmente importa es que el pequeño tenga la madurez adecuada para comenzar con este proceso”.
El control de esfínter es una de las etapas más esperadas por los padres, ya que significa un gran paso en su autonomía, independencia, conciencia y dominio del cuerpo.
Poveda agrega que si bien es cierto que este proceso está directamente relacionado con lo biológico, también intervienen factores de otra naturaleza, como el emocional y psicológico.
“Cuando un niño controla esfínter logra tener conciencia de su cuerpo, al que ahora domina. Por lo mismo, adquiere mayor confianza en sus capacidades y experimenta una percepción de logro frente a un desafío, como dejar los pañales”, remarca.
SEGUNDO AÑO DE VIDA
Pese a la oportunidad que presenta el verano, un niño está biológicamente preparado para comenzar este proceso aproximadamente al segundo año de vida.
Y aunque es muy frecuente ver que los padres insisten en enseñar a los niños a dejar los pañales, ello es un error, señala la académica.
“No es necesario, porque igual que caminar, se trata de una adquisición inevitable que se producirá con o sin nuestra intervención”, plantea.
En este sentido, comenta que lo importante es que los adultos acompañen y le hablen a los pequeños de este tema.
“Debemos explicar que cada vez que tenga ganas de hacer pipí debe avisar; que es un momento íntimo. Nuestra ayuda debe ser discreta y sin invasión a ese espacio”, sostiene.
RECOMENDACIONES
Las recomendaciones que se entregan a los padres que tienen niños en esta situación son las siguientes:
► Espere que el niño perciba el dejar los pañales como una necesidad de sobrevivencia, como comer. No se deje engañar pensando que está listo solo porque es capaz de avisar. Ese es el primer paso, luego necesita aprender a sentir las señales corporales que le indican que necesita evacuar, y finalmente, ser capaz de aguantar o controlar la evacuación. Recién entonces es el momento indicado.
► Permita que sienta la incomodidad de estar mojado. No le cambie inmediatamente el pañal, porque no pedirá ayuda ni hará un esfuerzo por avisar.
►Tome este proceso como una instancia de aprendizaje y apoyo familiar, donde se propicie un contexto de confianza, sin presiones ni represiones por no lograrlo. Cada menor tiene un ritmo y es importante respetarlo.
► Evite que el proceso se inicie junto con algún cambio relevante en la rutina familiar como la llegada de un hermano, cambio de habitación, vacaciones o la separación de los padres. Esto puede afectar su estabilidad y repercutir en el control de esfínter.
SECCIÓN: Vida y Estilo
AUTOR: Patricia Schüller G.
FUENTE: La Nación
