Un tema que hoy está muy vigente a raíz del debut de la Roja Femenina en la octava edición de la Copa Mundial Femenina en Francia.
La historia de las mujeres en deportes profesionales no ha sido fácil. Debido a los movimientos feministas, estas se han tomado los espacios, pero la lucha es aún más antigua. Ellas han luchado por un espacio en el mundo del deporte desde hace más de 70 años. Así por lo menos lo ilustra la obra de Editorial Planeta, de 156 páginas.
Algunas de ellas son Anita Lizana, tenista número uno del mundo en 1937, y Marlene Ahren, medallista de plata en los JJ.OO de Melbourne 1956.
También hay algunas recientes como Christiane Endler, arquera y capitana del equipo que clasificó al Mundial de Francia 2019, Érika Olivera, atleta que compitió en cinco maratones olímpicas y Natalia Duco, récord nacional en todas las baterías y tricampeona sudamericana de lanzamiento de bala.
La Nación conversó con los autores del libro quienes entregaron detalles sobre las protagonistas de sus páginas.
“UN ACTO DE REBELDÍA”
¿Cómo fue el proceso de selección de las protagonistas del libro “Estrellas Rojas”?– Luz Astudillo: Teníamos una lista súper grande y después fuimos definiendo las indispensables, esas que tenían que ir sí o sí, las que marcaron una época. Las deportistas abarcan cierto periodo temporal, 100 años de historia no solo de deporte sino que también de la mujer en Chile.
¿Qué tienen en común?
-Cristian Arcos: Yo creo que tienen en común un acto de rebeldía, todas ellas tuvieron que luchar para hacer deporte, no fueron tan sencillas sus historias sino que además fue una lucha social y familiar que se da en todos los casos desde la década del 20 en adelante. Se trata de mujeres que van remando contra la corriente y se tiran un salto al vacío, porque hacer deporte en Chile es un salto al vacío y para una mujer es un salto al gran cañón. Es mucho más difícil que para un hombre. Tenían una presión social muy grande y ahora todavía lo hay. Tienen que demostrar más cosas; nosotros los hombres como que tenemos el permiso de hacer cualquier cosa.
-Luz Astudillo: Son mujeres que de alguna u otra forma abrieron espacio como el caso de las chicas de la Selección, hicieron que el fútbol femenino se abriera mucho más, ellas ahora explotaron el tema e irá creciendo. En 2008 con el Mundial de la Sub 17 hubo un pequeño boom pero después cayó.
¿El libro responde a los movimientos feministas?
-Cristian Arcos: Una parte sí. Demuestra que hay ejemplos desde hace muchos años, era como para decir: “oye esto ocurre, ahora es más visible”. Hace 40 ó 60 años ya habían mujeres que estaban en la misma lucha, una lucha igualitaria de rebeldía.
¿Cuál es la mayor deuda que tiene el deporte con las mujeres?
-Luz Astudillo: Hacer deporte en Chile para cualquier deportista, ya sea hombre o mujer, es difícil. Para las mujeres es el doble porque hay un contexto social que en el fondo no las apoya, auspiciadores, sponsor. La mayoría de las historias que contamos son deportistas que trabajan y hacen deporte, porque saben que solamente ellas se pueden financiar y recién cuando ganan recién reciben apoyo.
-Cristián Arcos: En el ámbito educacional, la Educación Física también es lo que se va a sacar y quedará como optativo. Entonces, si partes de una sociedad que ve el deporte como algo optativo y no como una opción de vida o como una profesión, y si a eso le agregamos el tema de la mujer, que históricamente ha sido relegada, estamos hablando de una mochila doblemente pesada en el caso de las mujeres deportistas. Ellas cargan con dos: el hecho de ser mujer y las dificultades de todo deportista.
¿Cuáles son las mayores dificultades de las mujeres por ser mujeres en el deporte?
-Cristián Arcos: Hay deportistas que tuvieron que retirarse por el nacimiento de sus hijos o hasta que casi cumplían dos años y algunas optaron por no ser madres, entonces hay una presión social muy complicada. Esto es en todas las pegas, pero en el deporte casi que te deja fuera. Mi abuela, por ejemplo, jugó basquetbol en los 40-50, jugó en la Selección, incluso, ella era de Talca y viajaba a jugar hasta que se embarazó, tuvo a mi papá y no jugó nunca más. No existía la noción de que una mujer con hijos puede hacer otra cosa aparte de criar. Es una cuestión cultural, que si bien ya no es tan extremo, sigue siendo complicada. Es el caso de la Damaris Abarca, la ajedrecista que va a competir con su guagua, pero cuando uno es hombre no va con los cabros chicos al trabajo. En general, el deportista puede tener 8 hijos y no pasa nada, pero si la mujer tiene uno o dos debe optar por una cosa u otra.
-Luz Astudillo: Como en el caso de la Anita Lizana que cuando se casó dejó de competir y ella fue número uno, conoce a un escocés, se casa y deja de competir.