La Federación Italiana de Fútbol (FIGC) anunció la simplificación y un endurecimiento de los procedimientos que se abran en caso de gritos racistas en los estadios, después de la polémica generada por recientes incidentes.
En adelante, en caso de gritos o de comportamientos racistas que sean señalados por los delegados federativos o por los responsables del orden público, el partido será inmediatamente detenido de forma temporal y los jugadores se reunirán en el círculo central. El ‘speaker’ del estadio realizará un anuncio explicando el motivo.
En caso de una segunda señalización, los jugadores regresarán a vestuarios. La responsabilidad de reanudar o detener definitivamente el partido queda en manos del representante del orden público.
Hasta ahora, la suspensión del partido sólo podía efectuarse luego de tres anuncios por parte del ‘speaker’.
“Las responsabilidades deben ser individuales y no colectivas. Pero hay que hacer cualquier cosa para que el fútbol de verdad pueda triunfar”, admitió el presidente de la FIGC Gabriele Gravina, citado en un comunicado de la FIGC.
El 26 de diciembre, el defensor franco-senegalés del Nápoles Kalidou Koulibaly fue objeto de gritos de mono en varias ocasiones durante el partido en Milán ante el Inter, especialmente en el momento de su expulsión por una segunda tarjeta amarilla.
Según su entrenador Carlo Ancelotti, el cuerpo técnico del Nápoles pidió en vano en varias ocasiones la interrupción del partido a causa de los gritos racistas.
Fenómeno recurrente en el fútbol italiano, los gritos de mono no suelen acarrear sanciones más allá de multas o cierres condicionales de estadio o de tribunas concretas.
Aunque en esa ocasión el Inter fue sancionado con dos partidos a puertas cerradas y uno con tribunas parcialmente cerradas.
En adelante, en caso de gritos o de comportamientos racistas que sean señalados por los delegados federativos o por los responsables del orden público, el partido será inmediatamente detenido de forma temporal y los jugadores se reunirán en el círculo central. El ‘speaker’ del estadio realizará un anuncio explicando el motivo.
En caso de una segunda señalización, los jugadores regresarán a vestuarios. La responsabilidad de reanudar o detener definitivamente el partido queda en manos del representante del orden público.
Hasta ahora, la suspensión del partido sólo podía efectuarse luego de tres anuncios por parte del ‘speaker’.
“Las responsabilidades deben ser individuales y no colectivas. Pero hay que hacer cualquier cosa para que el fútbol de verdad pueda triunfar”, admitió el presidente de la FIGC Gabriele Gravina, citado en un comunicado de la FIGC.
El 26 de diciembre, el defensor franco-senegalés del Nápoles Kalidou Koulibaly fue objeto de gritos de mono en varias ocasiones durante el partido en Milán ante el Inter, especialmente en el momento de su expulsión por una segunda tarjeta amarilla.
Según su entrenador Carlo Ancelotti, el cuerpo técnico del Nápoles pidió en vano en varias ocasiones la interrupción del partido a causa de los gritos racistas.
Fenómeno recurrente en el fútbol italiano, los gritos de mono no suelen acarrear sanciones más allá de multas o cierres condicionales de estadio o de tribunas concretas.
Aunque en esa ocasión el Inter fue sancionado con dos partidos a puertas cerradas y uno con tribunas parcialmente cerradas.