La seremi metropolitana de Salud abrió sumarios sanitarios contra un 70% de los hogares de acogida para adultos mayores, tras la fiscalización que realizó la autoridad a estos recintos encargados de los cuidados de las personas de la tercera edad.
El operativo para verificar el estado de salud y las condiciones sanitarias en que viven los ancianos en estas casas de acogida, fue encabezado por la máxima autoridad de la repartición, Rosa Oyarce, oportunidad instancia en la que llamó a evitar el abandono de los residentes de este tipo de establecimientos.
En el Gran Santiago existen 452 hogares autorizados por la Seremi de Salud, de los cuales fueron fiscalizados 404 durante el año pasado, abriendo un total de 181 sumarios sanitarios, lo que significa un 45% de incumplimiento.
Además, se cursaron 36 prohibiciones de funcionamiento, medida que se adopta cuando hay riesgo inminente para la salud de sus residentes. Hasta le fecha en 2019 se han fiscalizado 159 recintos y cerca de un 70% terminó en sumario sanitario.
La revisión, que también estuvo a cargo de la directora del servicio de alud metropolitano central, Patricia Méndez, se realizó en la sede de Santiago de Fundación Las Rosas, en el marco de la conmemoración del Día de la Madre.
Por ello, Oyarce señaló que “en el Día de la Madre queremos generar conciencia sobre cómo debemos atender a nuestros adultos mayores. Un establecimiento de larga estadía atiende a personas que necesitan de un ambiente protegido y cuidados especiales, como el caso de esta residencia”.
Añadió que en ese lugar, que lleva años ocupándose de los adultos mayores en situación de abandono, “podemos constatar que los abuelitos y abuelitas se encuentran bien atendidos y en condiciones de salud y seguridad óptimas”.
Sin embargo, acotó, “esta no es la realidad que vive la mayoría de nuestros adultos mayores, muchos de ellos se encuentran abandonados en recintos clandestinos o en establecimientos que incumplen la normativa”.
En esa línea Oyarce recordó a los familiares que ellos “son los responsables de elegir un lugar autorizado, estar atentos ante cualquier incumplimiento y desarrollar visitas con periodicidad, puesto que el abandono, además de estar penado por ley, es una tremenda crueldad”.
Por su parte, la doctora Méndez reiteró el llamado a los familiares para que “sean los principales fiscalizadores y estén atentos a las condiciones en las que viven los abuelitos en este lugar y que, por supuesto los acompañen frecuentemente”.
– Contar con la dirección técnica de un profesional del área de la salud, que debe preocuparse de los requisitos pertinentes de formación y capacitación necesarios del personal para su desempeño en la residencia y que aseguren un buen funcionamiento del lugar.
– Deben encargarse de cautelar la atención médica de los residentes, a través de las coordinaciones con Cesfam o recintos públicos de salud y /o privados según sea el caso.
– En relación a la infraestructura, toda residencia debe disponer de rampas para sillas de ruedas, pasamanos, pisos antideslizantes en baños, extintores, señalética con vías de evacuación, pasillos y vías de tránsito con buena iluminación, salas de estar y zonas exteriores de recreación y en el caso de contar con residentes postrados, la habitación debe tener catres clínicos, lavamanos y brindar una atención personalizada al residente.
– Revisar las condiciones sanitarias éste, es decir, consultar por la Autorización Sanitaria del recinto y por su capacidad, a fin de evaluar posibles condiciones de hacinamiento.
– El recinto debe contar con un reglamento interno y existir un contrato de prestación de servicios al momento de incorporar a la persona mayor a la residencia.
El operativo para verificar el estado de salud y las condiciones sanitarias en que viven los ancianos en estas casas de acogida, fue encabezado por la máxima autoridad de la repartición, Rosa Oyarce, oportunidad instancia en la que llamó a evitar el abandono de los residentes de este tipo de establecimientos.
En el Gran Santiago existen 452 hogares autorizados por la Seremi de Salud, de los cuales fueron fiscalizados 404 durante el año pasado, abriendo un total de 181 sumarios sanitarios, lo que significa un 45% de incumplimiento.
Además, se cursaron 36 prohibiciones de funcionamiento, medida que se adopta cuando hay riesgo inminente para la salud de sus residentes. Hasta le fecha en 2019 se han fiscalizado 159 recintos y cerca de un 70% terminó en sumario sanitario.
La revisión, que también estuvo a cargo de la directora del servicio de alud metropolitano central, Patricia Méndez, se realizó en la sede de Santiago de Fundación Las Rosas, en el marco de la conmemoración del Día de la Madre.
Por ello, Oyarce señaló que “en el Día de la Madre queremos generar conciencia sobre cómo debemos atender a nuestros adultos mayores. Un establecimiento de larga estadía atiende a personas que necesitan de un ambiente protegido y cuidados especiales, como el caso de esta residencia”.
Añadió que en ese lugar, que lleva años ocupándose de los adultos mayores en situación de abandono, “podemos constatar que los abuelitos y abuelitas se encuentran bien atendidos y en condiciones de salud y seguridad óptimas”.
Sin embargo, acotó, “esta no es la realidad que vive la mayoría de nuestros adultos mayores, muchos de ellos se encuentran abandonados en recintos clandestinos o en establecimientos que incumplen la normativa”.
En esa línea Oyarce recordó a los familiares que ellos “son los responsables de elegir un lugar autorizado, estar atentos ante cualquier incumplimiento y desarrollar visitas con periodicidad, puesto que el abandono, además de estar penado por ley, es una tremenda crueldad”.
Por su parte, la doctora Méndez reiteró el llamado a los familiares para que “sean los principales fiscalizadores y estén atentos a las condiciones en las que viven los abuelitos en este lugar y que, por supuesto los acompañen frecuentemente”.
EXIGENCIAS
La autoridad sanitaria recordó que las instituciones de acogida de adultos mayores deben cumplir con las siguientes exigencias de la ley:– Contar con la dirección técnica de un profesional del área de la salud, que debe preocuparse de los requisitos pertinentes de formación y capacitación necesarios del personal para su desempeño en la residencia y que aseguren un buen funcionamiento del lugar.
– Deben encargarse de cautelar la atención médica de los residentes, a través de las coordinaciones con Cesfam o recintos públicos de salud y /o privados según sea el caso.
– En relación a la infraestructura, toda residencia debe disponer de rampas para sillas de ruedas, pasamanos, pisos antideslizantes en baños, extintores, señalética con vías de evacuación, pasillos y vías de tránsito con buena iluminación, salas de estar y zonas exteriores de recreación y en el caso de contar con residentes postrados, la habitación debe tener catres clínicos, lavamanos y brindar una atención personalizada al residente.
– Revisar las condiciones sanitarias éste, es decir, consultar por la Autorización Sanitaria del recinto y por su capacidad, a fin de evaluar posibles condiciones de hacinamiento.
– El recinto debe contar con un reglamento interno y existir un contrato de prestación de servicios al momento de incorporar a la persona mayor a la residencia.