José Sáez se refirió a la interrupción por diez días del suministro de agua potable julio pasado en esa ciudad de la Región de Los Ríos, enfatizando que pese a lo perjudicial que fue, “lo sucedido fue un incidente aislado” y que por ello no hay condiciones para el término de la concesión.
“No se juzgar toda la trayectoria de la compañía por los hechos de julio, porque Essal ha mantenido históricamente unos niveles muy aceptables de calidad del servicio y así lo reconocen los datos publicados por la propia Superintendencia”, sentenció el gerente general de la Empresa de Servicios Sanitarios de Los Lagos (Essal).
En entrevista con El Mercurio, el ejecutivo se refirió así al corte de suministro de agua potable que afectó en julio pasado a la ciudad de Osorno en la Región de Los Lagos por contaminación por la filtración de más de mil litros de petróleo en las cañerías, y que mantuvo diez días sin el recurso a los hogares y empresas de la zona afectada.
Para el representante, lo ocurrido allí “fue lamentable y doloroso para cada uno de los vecinos”, pero aclaró que pese a opiniones lapidarias de su proceder, “debemos partir de la base que lo sucedido fue un incidente aislado, lo que no implica minimizar el impacto que tuvo en la comunidad de Osorno”.
Para Sáez el “incidente en julio fue lamentable y doloroso para cada uno de los vecinos de Osorno, no me cansaré de decirlo”, pero advirtió que “no se nos puede juzgar toda la trayectoria de la compañía por los hechos de julio, porque Essal ha mantenido históricamente unos niveles muy aceptables de calidad del servicio y así lo reconocen los datos publicados por la propia superintendencia”.
El representante de la empresa aseguró además que “tampoco ha existido un incumplimiento permanente del servicio que presta la sanitaria. Lo anterior es totalmente consistente con los dictámenes de la SISS para casos precedentes respecto a otras empresas sanitarias”.
Sentenció también que “no estamos en presencia de un hecho reiterado como lo establece la legislación para la caducidad de la concesión”, replicando la forma en que a su juicio se ha comportado la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), al responsabilizar a la empresa a priori y sin tener todos los estudios y antecedentes a mano.
“A través de los medios, la autoridad en terreno emitió diversos juicios preliminares sobre las sanciones y caducidad de la compañía, previo a contar con la totalidad de los antecedentes técnicos y de las alegaciones de la sanitaria”, lo que a juicio de Essal muestra “falta de imparcialidad de la Superintendencia”.
Sáez reconoció también que recomponer la confianza no se consigue de un día para otro, por lo que pondrán todos los esfuerzos para recuperarla, como inversiones por unos US$ 215 millones. “Debemos partir de la base que lo sucedido en julio fue un incidente aislado, lo que no implica minimizar el impacto que tuvo en la comunidad de Osorno”.
Además de lo sucedido allí, Essal ha vivido una serie de cuestionamientos en su contra, debido a una serie de episodios como el vertimiento de aguas servidas en Ancud, algo que para la empresa es necesario esclarecer.
“Apostamos por la transparencia total. Una prueba de ello es la acción judicial para aclarar lo que sucedió en Ancud, donde una vez más se nos ha culpado con antelación. Existe un problema importante en las regiones donde operamos, que es la carencia de infreaestructura de recolección de aguas lluvia, materia que no es de competencia de la compañía”, concluyó.