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Hospital Clínico de la U.de Chile habilitará infraestructura modular de urgencia por pandemia

El módulo, que será entregado este lunes 22, permitirá ampliar la atención primaria del recinto y descongestionar así la alta demanda por pacientes de Covid-19 en la Zona Norte de Santiago.
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La capacidad de atención en hospitales de la Zona Norte de Santiago está llegando al límite. En este contexto, el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, dirigido por la doctora Graciela Rojas, en un esfuerzo coordinado por distintas unidades académicas de la casa de estudios, prepara los últimos detalles para habilitar una moderna infraestructura auxiliar de urgencia destinada a la atención primaria de pacientes con síntomas de Covid-19.

El módulo, construido por estudiantes, académicos, funcionarios de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la U. de Chile e integrantes la Escuela Nocturna para Obreros de la Construcción (ENOC) de la misma unidad académica, será entregado este lunes 22.

La instalación, emplazada en el ala izquierda del centro de salud universitario, está conformado por 8 cubículos, con posibilidad de extenderlo a 10, contando además con una sala de espera con capacidad para 16 personas, considerando la distancia social preventiva. 4.90 metros de ancho x 22.1 de largo son las dimensiones de esta construcción modular que recepcionará a pacientes que presenten síntomas de patologías respiratorias para su primera atención, posibilitando una atención rápida en un espacio segregado que disminuye las probabilidades de contagio intrahospitalario.

El módulo se basa en la prefabricación de piezas que lo hacen de fácil montaje en terreno. El diseño fue realizado por los arquitectos Francis PfennigerLuis GoldsackAlastair AguileraFelipe LópezVictoria Opazo y los estudiantes de arquitectura Benjamín Lagos y Florencia Stange. El mismo día de la entrega de la obra al Hospital, se realizará la liberación del proyecto bajo licencia open source: diseños, planos, manuales, especificaciones técnicas, presupuestos y material gráfico; con el propósito de que cualquier otra organización pueda gestionar y construir más módulos a lo largo de Chile.

La iniciativa se suma a otros proyectos en desarrollo que buscan fondos para aumentar la capacidad del centro de salud universitario, en momentos en que la situación sanitaria de la Región Metropolitana, particularmente en el sector norte, alcanza niveles críticos.

El director y gestor de este proyecto llamado ZonaCero, el arquitecto de la U. de Chile, Alastair Aguilera, señaló que “representa una acción colaborativa inédita, donde actores públicos y privados, la academia, estudiantes y funcionarios, han trabajado codo a codo para levantar esta infraestructura tan necesaria frente a la crisis sanitaria. Es el espíritu de la comunidad de la Universidad de Chile y de muchas empresas que quieren aportar de manera concreta al país”.

César Cortés Marín, jefe del Servicio de Urgencia del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, señaló que la instalación “es de valiosísima utilidad para responder adecuadamente a una pandemia. Es fundamental el principio de flujos segregados para pacientes con sospecha de coronavirus y los que acuden a una segunda consulta, cumpliendo con uno de los principios que rigen en las pandemias, que es evitar el ingreso de gérmenes al recinto hospitalario y poder dar una atención en un lugar especial implementado para cumplir con el aislamiento y, posterior a la atención, cumplir con una desinfección adecuada. Esto permite garantizar la seguridad del personal de salud y los pacientes siguientes.”

“Buscamos dar una respuesta a una necesidad creando condiciones de habitabilidad básica para evitar la espera y el prediagnóstico de los pacientes, un tema que está haciendo crisis en muchos hospitales. Con la liberación del diseño, no sólo cumplimos con el mandato y misión de la Universidad de Chile, sino que ponemos al servicio de todas las personas que requieran realizar una obra similar. Esta es una oportunidad enorme, un trabajo colaborativo entre la industria, la academia y todas las personas que pudieran requerir apoyo para resolver las urgencias que en este momento estamos enfrentando.”, sostuvo el arquitecto y académico Francis Pfenniger.

El proyecto logró canalizar donaciones de empresas privadas del área de la construcción, tal como el Instituto Chileno del Acero (ICHA), que aportaron cerca del 70% de los materiales. También colaboraron Volcán y Tecpro, quienes proporcionaron diversas soluciones de piso; Gobantes con soluciones eléctricas; Hilti, que aportó las conexiones y herramientas; Sherwin-Williams, con pinturas antibacteriales; y también toda la red de la madera como CMPC, con placas de contrachapado, o Arauco con aportes de las melaminas, entre otros.

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