Un japonés acaudalado obtuvo este martes la custodia de 13 niños nacidos de madres de alquiler en Tailandia, último giro de un escándalo conocido como “la fábrica de bebés” que sacó a la luz el lado oscuro del mercado de la gestación subrogada.
Al término de este insólito caso, que causó un gran revuelo en la prensa internacional desde su revelación en 2015, el tribunal de menores de Bangkok invocó “la felicidad de los 13 niños nacidos de madres de alquiler” para justificar la decisión de otorgar a Mitsutoki Shigeta “la totalidad de los derechos parentales”.
“Su padre biológico no tiene antecedentes de mala conducta”, dijo el tribunal, sin pronunciarse sobre la salud mental del hombre. La sentencia permitirá a Shigeta, un rico heredero, llevarse los niños a Japón y ya organizó toda la logística necesaria y contrató a niñeras para ocuparse de su numerosa prole, aseguró el tribunal.
El ciudadano nipón ha sido muy discreto desde que estalló el escándalo, no viajó a Tailandia para responder a las preguntas de los investigadores.
Su abogado tailandés, Kong Suriyamontol, precisó que el traslado de los hijos se haría de acuerdo con lo que disponga el gobierno de Tailandia. “Veremos cuándo están preparados los niños. Después de estar internados durante tanto tiempo, hay que evitar los cambios bruscos”, agregó.
Respecto a los motivos que llevaron a su cliente a tener tanta descendencia, el profesional se limitó a explicar ante la prensa que Shigeta solo quería tener una familia numerosa. “Nació en una familia numerosa y quiere que sus hijos crezcan juntos”, se limitó a comentar.
El caso salió a la luz en verano de 2014, cuando la policía tailandesa comunicó que muestras de ADN vinculaban a Shigeta con nueve bebés hallados en un piso de Bangkok, donde residían con sus madres de alquiler. La prensa empezó a hablar de la “fábrica de bebés”.
Las madres interpusieron una demanda contra el Estado para poder recuperar a sus hijos, que habían sido entregados a los servicios sociales. Desde Japón, el padre empezó una batalla legal para conseguir su custodia. El martes, las madres de alquiler firmaron un acuerdo mediante el que abandonaban sus derechos parentales, añadió el tribunal de menores de Bangkok. No se precisó si obtuvieron una posible indemnización.
Desde entonces, el mercado para los extranjeros que buscan tener hijos por ese método se desplazó a otros países del sudeste asiático.
En Camboya, el negocio de la gestación subrogada se desarrolló rápidamente después de que fuera prohibido en Tailandia. Los precios eran mucho más bajos, sobre todo respecto a Estados Unidos y, como no había regulación, las clínicas aceptaban también a parejas homosexuales y solteros. Las autoridades camboyanas terminaron prohibiendo esta práctica y ahora parece ser Laos el nuevo país de la región donde se desarrolla la gestación subrogada.
“Su padre biológico no tiene antecedentes de mala conducta”, dijo el tribunal, sin pronunciarse sobre la salud mental del hombre. La sentencia permitirá a Shigeta, un rico heredero, llevarse los niños a Japón y ya organizó toda la logística necesaria y contrató a niñeras para ocuparse de su numerosa prole, aseguró el tribunal.
El ciudadano nipón ha sido muy discreto desde que estalló el escándalo, no viajó a Tailandia para responder a las preguntas de los investigadores.
Su abogado tailandés, Kong Suriyamontol, precisó que el traslado de los hijos se haría de acuerdo con lo que disponga el gobierno de Tailandia. “Veremos cuándo están preparados los niños. Después de estar internados durante tanto tiempo, hay que evitar los cambios bruscos”, agregó.
Respecto a los motivos que llevaron a su cliente a tener tanta descendencia, el profesional se limitó a explicar ante la prensa que Shigeta solo quería tener una familia numerosa. “Nació en una familia numerosa y quiere que sus hijos crezcan juntos”, se limitó a comentar.
El caso salió a la luz en verano de 2014, cuando la policía tailandesa comunicó que muestras de ADN vinculaban a Shigeta con nueve bebés hallados en un piso de Bangkok, donde residían con sus madres de alquiler. La prensa empezó a hablar de la “fábrica de bebés”.
Las madres interpusieron una demanda contra el Estado para poder recuperar a sus hijos, que habían sido entregados a los servicios sociales. Desde Japón, el padre empezó una batalla legal para conseguir su custodia. El martes, las madres de alquiler firmaron un acuerdo mediante el que abandonaban sus derechos parentales, añadió el tribunal de menores de Bangkok. No se precisó si obtuvieron una posible indemnización.
PROHIBIDO A LOS EXTRANJEROS
El negocio de la maternidad subrogada creció en los últimos años en ese país aprovechando un vacío jurídico pero, a raíz de la polémica, se aprobó en 2015 una ley que prohíbe esta práctica a los extranjeros. Coincidiendo con el caso de Shigeta, una pareja de australianos indignó a la opinión pública al abandonar a su bebé con síndrome de Down, de madre de alquiler tailandesa.Desde entonces, el mercado para los extranjeros que buscan tener hijos por ese método se desplazó a otros países del sudeste asiático.
En Camboya, el negocio de la gestación subrogada se desarrolló rápidamente después de que fuera prohibido en Tailandia. Los precios eran mucho más bajos, sobre todo respecto a Estados Unidos y, como no había regulación, las clínicas aceptaban también a parejas homosexuales y solteros. Las autoridades camboyanas terminaron prohibiendo esta práctica y ahora parece ser Laos el nuevo país de la región donde se desarrolla la gestación subrogada.